Por fin, Oh Dios meo, esto me costó un huevo, en serio(más por la organización que por la vergüenza) Nisiquiera se a que nivel está eso... pero suave no es. Tuve que leer mucho fanfics así para que esto no me afectase :'v. Igual ahí tengan su asqueroso lemmon, me largo a leer fanfics(?
El llamado Master Mind se encontraba sentado sobre la silla, enfrente de su escritorio, apoyando su cabeza entre sus dos manos. Aquel era un día bastante aburrido, por no llamarlo soso, no había nada que hacer. Para colmo lo habían dejado solo en casa junto aquella "niña recta" de Elesis, la apodada Grand Master. «Tampoco era la gran cosa», pensaba. Solamente era una fémina fuerte, valiente, audaz, ágil, de lindos cabellos pelirrojos y espectaculares ojos carmesí del mismo color y- Add se detuvo. ¿Por qué la describía de esa manera? Sólo era la hermana mayor del enano, a la que le gustaba llamar mucho la atención, eso es todo, nada del otro mundo.
El inventor suspiró cansado mientras escondía la cabeza entre sus brazos. ¿Cómo había llegado hasta ese punto? Todo empezó cuando llegaron de esa misión muy malheridos.
***
El grupo de los Buscadores del Eldrit se había separado debido a la gran mayoría de enemigos que se encontraban en aquel lugar, los cuales les habían tendido una emboscada. Desgraciadamente a Add le había tocado luchar con Elesis, hubiese preferido ir con Eve, sinceramente, como ya es de suponer.
Comenzaron a luchar contra el ejército de demonios sin problemas, lanzando skills de aquí para allá, y dando el mayor uso a sus armas como podían. Pero aquello era imposible, pues cuanto mas atacaban, más demonios habían. ¡Parecían estarse multiplicando! Poco a poco, la situación fue yendo para mal, aumentando la dificultad para mantener a aquellos dichosos demonios a raya, incluso a Elesis, la "todopoderosa", según muchos, ya se estaba cansando. Es normal, seguía siendo una humana, como la gran mayoría, tenía sus límites.
Sin embargo, no podían dejar que aquello fuese a más, o entonces sería un desastre, podrían llegar hasta las zonas de paz, es decir, las villas, y masacrarlas sin límite. Por eso mismo no podían dejarles acercarse un paso más o si no podría ser el fin de Peita, por empezar.
Add sentía como el oxígeno comenzó a faltarle, y cómo sus piernas comenzaban a dormirse. Se maldijo a sí mismo en ese momento. El había ejercitado demasiado su cerebro, dejando atrás lo que era la parte física, aunque eso no significa que fuese un blandengue. Para nada. Sus músculos aún destacaban, a pesar de que no tenía la misma resistencia. Se quitó la chaqueta rápidamente y comenzó a combatir más cuerpo a cuerpo, usando sus dinamos también, obviamente. Quizá no fuera lo más efectivo. Pero debían ganar tiempo.
Por otro lado, Elesis se veía rodeada de una orda de demonios, bastante pesados en su opinión. Así no podía hacer nada, pues la bloqueaban desde un lado y trataban de golpearla desde el resto. No tenía una fuerza ¡sobrenatural! Bueno, puede, pero dejando eso a un lado. No podía dejar que esos malditos vargos y golems llegasen hasta Peita, por encima de su cadáver. Sí, así es, ponía su vida en riesgo si era por defender a los habitantes de cualquier lugar de Elios. Ya se sentía lo suficiente motivada como para poder dar aún más de sí, cuando de pronto, oyó un quejido.
- ¡Agh!- exclamó Add quien había recibido golpe en la pierna, y al parecer bastante profundo, pues pronto un líquido rojo comenzó a probar de la herida.
- ¡Add!- chilló la pelirroja desatendiendo la situación, y, por causa de esto, recibió un golpe en el abdomen.
La Sieghart emitió un grito ahogado, y, sin darle importancia a la herida que acababa de formarse en su abdomen, se dirigió hacia el como pudo y lo ayudó a levantarse. El nisiquiera se dignó a mirarla, le daba vergüenza emcontrarse en una situación así frente a la joven. Su rostro se encontraba sombrío.