Comiénzame a vivir

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Este fanfiction participa en la actividad "LA FRASE DE LA SEMANA SS" SEGUNDA EDICIÓN, de la página Sasusaku **Eternal Love**

Los personajes son propiedad intelectual de Masashi Kishimoto

Inspirado en la canción "Comiénzame a vivir" de Jeanette

Comiénzame a vivir

"Comiénzame a vivir, ahora que ya soy tuya. Comiénzame a sentir, muy dentro y con dulzura. Empieza a descubrir secretos de mi cuerpo que sólo para ti, que para ti está hecho." Jeanette.

Las palabras sobraban, en un instante como ese, decir algo hubiese sido una completa pérdida de tiempo. Y es que tampoco había nada que mencionar.

No podían.

Sasuke se encontraba sentado en la orilla de la cama. Desconcertado. Intentando mantener un aura misteriosa y nada impresionable, pero, todo aquello se estaba viniendo abajo. Decir que no le sorprendió aquello hubiera sido una enorme mentira: Su ahora esposa estaba parada enfrente de él con el yukata abierto, dejando entrever sus bragas blanco pureza y su ausencia de sostén.

La habitación se encontraba en penumbras. Los débiles rayos de las lámparas exteriores entraban por los resquicios de la cortina haciendo que su piel se viera más pálida y suave. Hacían que pareciera un hada.

Sasuke jamás había visto a una mujer semi desnuda y, mucho menos, dispuesta a entregarle todo lo que ella representaba. Y Sakura no sólo tenía esa intención, estaba entregándose en bandeja de plata.

¿Qué debía hacer en ese momento? ¿Sería adecuado decirle que no se forzara si realmente no tenía intención de hacerlo? Incluso él estaba confundido. Pasó muchos años jugando a ser un vengador que no tuvo tiempo de poner atención a su cuerpo y sus necesidades. Aunque estas resultaran ser un verdadero placer.

"Si no estás segura de esto, no tienes porqué hacerlo" pensó en decirle, pero en el momento en el que abrió la boca para hacerlo, Sakura lo calló con un beso dulce y suave. Lo miró a los ojos, con aquellos rutilantes orbes que desbordaban amor y anhelo. Una pasión silenciosa comenzaba a invadir la habitación y, aunque no quisiera admitirlo, también a él.

"Quiero hacerlo" le gritaron las pupilas de su esposa, sus labios lo corearon en silencio besándolo nuevamente.

Sakura se arrodilló, colocando los brazos en sus muslos. Sasuke tembló imperceptiblemente. Seguir fingiendo indiferencia era casi imposible. Le acarició el rostro, delicadamente, intentando que la palma de su mano se amoldara al rostro de ella a la perfección. La nueva integrante de la familia Uchiha cerró los ojos al contacto, tomó la mano del hombre que más amaba en el mundo entre las suyas y las besó, esperando que el tiempo se congelará en ese momento. Besó cada falange con una ternura tan exquisita que Sasuke podía jurar que aquel gesto correspondía más a una madre mimando a su pequeño vástago que a una ardiente amante.

Pero así era Sakura. Estaba hecha para dar vida y amor. Tenía el poder de empaparlo de un amor infantil y de un instante a otro ardía en deseos por él.

Sasuke se permitió cerrar los ojos. Quería que su piel le mostrara la textura de los labios de la mujer que lo había aceptado con todos los pecados que cargaba en la espalda. Los labios de Sakura eran suaves, como los pétalos de las flores de cerezo en la primavera. Delgados como los tallos de los tulipanes. Vivaces como los gritos del niño que acaba de nacer y se aferra a la vida.

Colocó el dedo índice sobre el labio inferior de su mujer. Abrió los ojos topándose de inmediato con los de ella: Sus dos luceros verdes favoritos. Le sonrió melifluamente. El corazón de Sasuke dio un vuelco: El rostro de Sakura, rebosante de felicidad, lucía encantadoramente hermoso.

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