Capitulo 4:

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Me levanto más temprano de lo normal para ir al trabajo, soy profesora en un jardín de niños, soy buena haciendo manualidades, les llevo unos dibujos de todo timos de animales a los niños, Gabriela, mi niña estrella se interesó por la decoración de mi dedo (el aniño).

-¿qué es eso? -pregunta.

-un aniño de compromiso

-¿para qué sirve?

-en realidad no lo sé...creo que debe ser para demostrar el amor que me tiene mi novio

-¿y tú le diste uno?

-no

-¿eso es porque no le tienes amor como el a ti?

-... ¿crees que debería comprarle uno?

-uno muy lindo -me dice con ternura- como el tuyo

-le comprare uno y lo traeré para que lo veas ¿bien?

-bien -se larga.

Toma lápices para colorear pero no para pintar, si no, para dibujar una niña con un aniño tremendo en su dedo y el novio tomándola de la otra mano y un corazón sobre ellos, y me lo da a mí.

Al terminar el trabajo, un día muy cansado recibo un mensaje de Adam...

"hoy no poder ir a buscarte, quizás pase por tu casa en la noche"

No tolero que me prometan algo y luego no lo cumplan así que no le respondo. Voy al hospital para ir a ver a Lilian y me dice buenas noticias, podrá salir mañana (tal vez) si es que no tiene más problemas.

-debo decir te algo -digo.

-¿Qué sucede?

-Adam me propuso matrimonio

-¡y yo creo que le dijiste que no!

-le dije que si...como le diría que no, ¡es mi pareja¡ Tú me dices que era tiempo que lo hiciera y ahora me dice que fue un error

-no digo que sea un error si no que creo que...te gusta Dylan y yo sé que tú también le gusta...solo quiero que seas feliz...soy tu mejor amiga

-gracias por preocuparte por mi...pero se cuidarme sola y sé que todo va a estar bien...le ice la carta a Dylan y debo pasársela -la saco del bolsillo.

Entra el doctor y me dice que Lilian necesita descansar y si sería tan amable de salir, "¡no!" pienso, pero creo que también le hara bien. Al salir me topo con Dylan que se ofrece en ir a dejarme a mi casa, pero creo que tenía cosas que platicar con el así que le pido si podríamos ir a su casa.

-toma -le entrego la carta que le hice.

-la leeré... ¿de qué querías hablar?

-me voy a casar con Adam -fui rápida y sincera.

-¡que!...Adam no es el hombre correcto para ti Elinor

-y tú crees que el hombre correcto para mi eres tu

-Recuerdo aquel día, en el cual llegaste a mi vida, corrompiste el sistema que había en mí, borraste mi pasado y colocaste un mundo, un universo, el más hermoso.

-y yo recuerdo aquel día que termino todo, las lágrimas y orejeras desperdiciadas por ti, cambiaste mi futuro y colocaste un mundo, un universo peor cada día pensando en el daño que me asiste -susurro.

-si pudiera cambiar ese daño lo aria...éramos jóvenes y no teníamos otra opción -susurra.

-tu tenías más opciones, no dejarme ir, y me querías me hubieses protegido y ayudarme, y no haberte ido como si nada

- pero sabes que te amo...

-pero yo no -miento- tú en lo único que me apoyaste fue que me hiciera ese ¡puto aborto! que provoco que ya no puedo tener más hijos...veo niños cada día de mi vida pensando que ningún niño nacerá de mi...y aun tienes el descaro de decirme que me amas -él se queda mudo, mi secreto más oculto sale a la luz.

-ahora no sé qué decirle a Adam cuando me empiece a hablar de la familia perfecta...decirle que nunca la tendrá -digo explotando en lágrimas.

-pero no te cases con Adam...cásate conmigo Elinor

-amo a Adam ¡lo amo! Y eso no lo entenderás

-sabes lo que se siente...dejar ir a alguien que realmente amas mucho tiempo...solo para que seas feliz

-¿sabes que es lo más malos de las despedidas?...que ocurre en el momento más inesperado...un día dices "adiós" y no te das cuenta de que es el último.

-quizás a ti no te duele, porque nunca llegaste a sentir nada por mi

-no sé lo que vi en ti pero sé que no lo veo en nadie más -explota en lágrimas igual que yo.

Me giro hasta la puerta y la abro hasta la mitad.

- espero verte en mi boda -me largo, y la carta que le pase, la cambie por la invitación de mi boda.

Salgo y al momento de cerrar la puerta escucho un estruendo que fue como si Dylan hubiese votado al piso las cosas que se encontraban en la mesa o lanzar los platos a la pared.

Me dirijo a mi casa y veo un auto estacionado afuera, era Adam, mi querido Adam.

-hola mi amor -me besa con mucha energía- te tengo una sorpresa -saca un chaleco de una bolsa- podría ser lo primero que le pondríamos a nuestro hijo.

-¿hijo?

-hijo, bueno si quieres mas eso es después

-no es que me refiero a... ¿tan pronto?

-son casi 4 años, y eres mi novia ¿no crees?

-¿qué pasa si es niña?

-igual -me dice más entusiasmado- será la familia perfecta

Como podre decirle que nunca obtendrá la familia perfecta de mí, no paraba de hablarme de eso de repente saca unos calcetines en miniatura, del porte de la mitad de mi mano.

-¡es que no entiendes! ¡Nunca tendremos la familia perfecta! -grito.

- hay algún motivo que lo impida -susurra.

-¡no puedo tener hijos Adam! -exploto en lágrimas -me abraza.

-lo siento...por qué nunca me lo dijiste

Prometió quedarse en mi casa esta noche, debo decir que fue la peor noche de mi vida y no hay ni habrá ninguna peor.

Los monstruos también se enamoranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora