6ta sesion 30 de octubre

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Narra Loyal:
Para ser mi primer caso al salir de la facultad, se ha vuelto muy interesante.
Si, cumpliré con la promesa de no contarle a nadie de que Flash es Red Hood, pero haré todo lo posible para que sea libre.
Seguro estuvo en el lugar equivocado, así que...creo que si encuentro lo necesario para liberarlo, tendré la batalla ganada.
Hice el trámite de siempre.
Pero algo había cambiado.
Cuando llegue a la sala, Flash estaba sentado, recargando sus brazos en sus rodillas, con la cabeza baja.
-Que tan larga será esta entrevista doc?-me pregunto, note que su voz se quebraba, además de que sentía un aire de finalidad.
-Eso depende de ti, Flash.-conteste.
-Bien, creo que esta será la última sesión. Así que póngase cómodo doc, porque hoy, escuchara el final del porque estoy aquí.-dijo Flash para sentarse en la cama, y limpiarse algo en el ojo. Supongo una lagrima.
Lo único que hice, fue sacar mi libreta, mi pluma, acomodarme, y empezar a escuchar.








Narra Flash:
Pasaron los días, y parecía que la sociedad se dividía por Red Hood, algunos decían que era un criminal, por hacer justicia por su propia mano, otros que era un héroe, la mayoría lo decía por qué: o yo los salve, o por ideología.
La verdad es que ni yo sabía que era.
Ya había cumplido 2 años con Twilight, y había tomado una decisión importante para ella y para mi.
La fui a dejar a su trabajo. Cuando llegamos, le di un beso, y avance para dirigirme a mi trabajo, y tener todo listo para una sorpresa para Twilight.
La luz verde ya había encendido.
Pero me detuve por algo que a cualquiera le hubiera asustado.
Escuche un disparo.
Salí a ver...









































A Twilight le habían disparado.
Ella estaba en el piso de la banqueta, haciendo presión sobre se herida con ambas manos, llorando, le habían dado en el estomago.
Llamaron a una ambulancia, donde la metieron, y me subí a ella, para saber el estado de Twilight.
Tardamos un rato en llegar al hospital más cercano.
Pero llegamos.
Fuimos directamente a urgencias, y me tuve que esperar a que el doctor saliera, y me dijera el estado.
-Por el momento está estable, pero perdió mucha sangre, y todavía no hemos podido retirarle completamente la bala, tendremos que hacerle una cirugía. Prepárese para lo peor joven.-eso último me lo dijo poniendo su mano sobre mi hombro. La última vez que la vi, la estaban metiendo al quirófano. No podía quedarme ahí, sin hacer nada, tratando de resistir la incertidumbre de saber qué pasó con Twilight. Debía hacer algo al respecto.
Empecé a buscar al maldito que le disparo, el visor táctico estaba dañado, así que no podía distinguir huellas digitales, así que empecé a buscarlo a la manera antigua, preguntar pandilla por pandilla, hasta encontrarlo.
Lo encontré, lo golpee tan fuerte hasta que los nudillos me dolían, pero jamás me dijo porque lo hizo.
Después, fui al hospital, y me informaron que ya habían hecho la operación, que podía pasar a verla.
Cuando entre, me dolía verla así, acostada sobre una cama de hospital, con suero conectado a su antebrazo, con un respirador, tome una silla, y la
acerque a la cama, me senté, tome su mano, y me quede ahí, con ella. No me perdonaría perderla.
Pasaron los días, y ella logró despertar. Logré ver sus ojos de nuevo, pero algo había extraño en ellos, confusión tal vez.
-Quien eres? Donde está mi hermano?
Esas palabras además de romper mi corazón en mil pedazos, acabaron con mis esperanzas de ser feliz de nuevo, ella me había olvidado, como si nunca me hubiera conocido.
Una lagrima se derramó, me levante, dispuesto a irme, ya no tenía sentido hablar con ella, pero en cuanto tome el picaporte me detuve, y recordé todo lo que pase con ella. No podía dejarla, no podía estar sin ella, nunca sería capaz de alejarme de ella.
Así que...tuve una idea.
Ya estaba dada de alta, así que me la pude llevar. Y salimos del hospital. Le dije que era un viejo amigo de Shinnig, para que la pudiera llevar a casa.
Pero antes de cruzar la salida, ella se detuvo...
-Espera...creo...que...
-Si?
-No, nada.
La lleve a todos los lados donde nos conocimos, lugares especiales. Pero no pudo recordar nada.
-Oye, dijiste que me llevarías con mi hermano.
Ya no tenía sentido, si, su hermano estaba muerto eso lo descubría muy rápido, pero ya no podía estar con ella, para ella solo soy un desconocido.
Me di por vencido.
-Lo siento, la verdad, es que solo te estoy confundiendo, en verdad lo siento.-dije, mientras una lagrima corría por mi mejilla.
La vi a los ojos, me volví a perder en ellos, esos ojos violetas que hacían mi vida una ilusión, y creer de nuevo en la vida, y creer en la esperanza de nuevo.
Me acerqué a ella, con una mano sostuve su rostro y acaricie su mejilla, mientras que con la otra, la tomaba de la cintura, y la bese, sabia que ella, en cuanto me separará de ella, me golpearía, y se fuera, solo quería, probar esos labios una última vez.
Cuando me separe de ella, que por cierto, no hizo nada. Ella me abrazo.
-Flash...-dijo en un susurro mientras lloraba.-Porque me dejarías? En serio serías capaz de dejarme?
-No fui capaz, no soy capaz, y jamás seré capaz de dejarte Twilight.-dije mientras levantaba su mentón, y limpiando sus lágrimas.-yo te amo, Twilight, y siempre lo haré.
Después ella me besó, pero empezó a convulsionarse, el miedo de perderla de nuevo se hizo presente.
La lleve de nuevo al hospital.
De nuevo estaba ahí, no podía soportar estar ahí otra vez.
Después de unas horas, salió el doctor.

































-Joven, su novia...falleció, lo sentimos mucho.










Esas palabras destruyeron todo a mi alrededor.







Busqué en cada rincón al último maleante que estuviera cerca.
No me importaba quién fue, por qué, si tenía familia, si estaba en libertad condicional, nada de eso importaba.
Solo quería encontrarlo, y hacerlo sufrir, tal y como yo estaba sufriendo.
Me dieron la información, de que alguien estaba en un departamento en la zona decaída de la ciudad, que un tal Michael Myers vio al tipo que disparo a Twilight antes del atentado, encontré el departamento, y si había alguien ahí, entre rompiendo una ventana, y comencé a golpearlo, el no se defendía, solo emitía gemidos, un golpe en la cara me hizo ver el error que estaba cometiendo.
Estaba golpeando a una rehén. Estaba amordazada, por eso solo emitía gemidos. Nunca hablo.
Era una chica de tez clara, cabello de fuego, rojo con amarillo, y unos claros ojos esmeralda.
-Por que estás aquí?-pregunte.
-No lo sé! Ellos...me reptaron al momento de salir del trabajo! No tengo la más...
-Tranquila...-la interrumpí quintandome la máscara.-lo lamento por los golpes, pero ahora necesito que me ayudes a encontrar al tipo que mando a hacerte esto, puedes recordar algo que pudieran haber dicho los tipos que te capturaron?
-Si...a su jefe, lo llamaban...Román...
La puerta se abrió de golpe, y entraron 3 tipos con armas a terminar el trabajo, logre vencerlos, pero uno de ellos le disparo a esa chica, me llene de culpa, de arrepentimiento, y de cólera al saber que si tan solo la hubiera sacado de ahí, probablemente esto no habría pasado.
Los noquee, y me dirigí rápido a ella.
-Dime tu nombre...-dije mientras hacía presión sobre la herida.
-Su...Sunset.-contestó, llorando, aguantando el dolor de la herida.
-Tranquila Sunset. Todo estará bien, te prometo que...-comencé a decir, pero alguien irrumpió, abriendo la puerta de una patada.
-ALTO! Manos arriba, arrodíllate, y aléjate de la chica!
Era un oficial. Me atrapó, decidí, tomar responsabilidad de los actos, así que, hice lo que me dijo, sin poner resistencia.
-Sálvela.-dije antes de que me metieran a la patrulla.
Nunca supe si esa chica sobrevivió, el entierro de Twilight fue el mismo día que la corte me declaro culpable.
Y aún no sabia el porque pasó esto...

Narra Loyal:
Ahora estaba frente a un Flash arrepentido, llorando tras revelarme la verdad del porque estaba aquí, sabía que su historia había terminado. Un ambiente tenso se inició, así que decidí irme.
-Lo lamentó.-dije antes de retirarme.
Y me fui, incapaz de hacer algo por el. Excepto una cosa.




























Mientras tanto.
-Lo has encontrado?-preguntaba un hombre en un traje smoking blanco, con los brazos a la espalda, viendo la ciudad por su ventana.
-Mis hombres y yo lo hemos buscado por 3 años, pero no hay ningún rastro de él.-contestó otro, con un traje militar, con una máscara negra y naranja, el lado naranja dejaba ver si ojo, el negro, no había nada, llevaba una espada, una arma francotirador, y 2 pistolas semi-automáticas.
-Bien, el dinero ha sido transferido a tu cuenta, gracias por tus servicios Slade.
-Deathstrike.-contestó corrigiéndole.-fue un honor trabajar para usted.
Sr. Román Sionis.

Los riesgos de ser vigilanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora