Sinopsis

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En mi casa había un tablero.

Cuando cerraba los ojos aún podía imaginar a mi madre colocando las piezas de ajedrez de acuerdo a su orden, como si de una marcha militar se tratara.

O a mi padre, con esa mirada soñadora que observaba meticulosamente todos y cada uno de mis movimientos, aunque él siempre había preferido el juego de las damas.

A él le gustaba darles su propio nombre y personalidad a cada pieza, y siempre solían ser nombres de mujeres: Bethany, Alexandra, y su favorita, la que tenía mi nombre; Juno.

Lo más gracioso era que siempre dejaba mi pieza hasta el final. Incluso cuando todas las demás damas fueron arrebatadas por su contrincante, él se esmeraba por dejarme a mí como la única reina de su juego; perdiera o ganase.

Pero daba igual, siempre quedaba una reina de mi padre contra todas las restantes de mi madre.

A él no le importaba, pues, ¿Qué le decía que esa dama no iba a ejecutar la jugada decisiva?

Mas por mucho que yo lo meditara cuando era pequeña, no entendía las jugadas y estrategias de mi padre. A veces, incluso pensaba que era una necedad sacrificar todas las fichas por una sola.

No obstante, crecí.

Y con el dolor que irradiaba mis venas, comprendí a mi padre, que sin quererlo me enseñó una de las mejores moralejas de mi corta vida.

Mientras hubiera una dama en tu tablero, el juego seguía.

Mientras hubiera una posibilidad, tu camino seguía.

Mientras hubiera algo por lo que luchar, tu guerra seguía.

My servantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora