sinopsis

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Como sobrevivir a tu último año

Aún recuerdo cuando mi única preocupación era que el frijol creciera en el vaso con algodón y agua, todo era tan bello y sencillo. Todos eran amigos de todos, conocer los números y las letras era lo único importante junto con jugar, pero de lo bueno poco dicen por ahí. De pronto llega matemática con sus pesadas sumas y restas a complicarnos la existencia y ¡oh! El conocer las letras quedó atrás ahora hay que juntarlas para formar palabras ¡qué horror! Pero eso no era todo, no señores, las multiplicaciones, divisiones, mapas, libros y más pronto se hicieron parte de nuestro ya complicado mundo, sin embargo, lo peor estaba por venir. Recuerdo como si fuera ayer ese fatídico día en que a la profesora se le ocurrió explicar el cuerpo humano y la sexualidad en ese pequeño cuarto con todos los alumnos presentes. Al recreo siguiente esos niños nunca fueron los mismos, las niñas miraban entre asqueadas y con recelo a los niños y los niños no se quedaban atrás, devolvían las mismas miradas, en ese punto exacto niños y niñas fueron enemigos mortales por mucho tiempo, o quizá no tanto, sólo hasta la llegada de las famosísimas hormonas, las cuales, invadieron primero a las niñas provocando una atracción incompresible hacia los niños, mientras estos no lograban entender porque las niñas los miraban diferente y la mayoría de las veces no se daban cuenta.

Hasta ahí, nada terrible ocurría realmente, el status quo se mantenía casi intacto, pero algo irremediable sucedió: la pubertad (en donde ahora los niños también tenían ese ataque de hormonas incontrolables), ese temido momento del cual tantos rumores escuchamos cuando pequeños, provocando temor, pero más que nada, curiosidad.

Vaya que daría por haber detenido el tiempo en ese momento, las matemáticas, ciencias, literatura y geografía pasaron a segundo plano o tercer plano, siendo desplazados por el amor, que muchas veces no funcionó (especialmente en mi), corazones rotos, la temida "friendzone", el lucir bien, el maquillaje, las fiestas y de más.

Entonces, estamos en ese momento en que las hormonas tienen más voz que el cerebro y la razón, y a esto se le suma la ya, no tan desconocida pubertad. Muchas cosas no salen bien de esa suma. Con el fin de no hacer más tediosa esta introducción, resumiré lo más posible, amores, infidelidades, corazones rotos, y una auto segregación del género femenino dirigido por un grupo no tan minoritario; las zorras (mujeres de buen parecer que no se conforman con un hombre a la semana) llamadas en otros países maracas, perras, putas y quien sabe que más, siendo honesta prefiero un poco de burocracia al nombrarlas, ya que al ser mujeres, merecen respeto, por eso yo las llamo "mujeres de moral distraída y útero descontrolado demasiado goloso" (MDMDYUDDG), pero quizá más de una vez las haya llamado por su nombre, en especial cuando me robaron mi primer amor, el segundo, el tercero y los últimos. No había nada que hacer, como justificación mi busto no era tan prominente .

¡Se me olvidaba algo importante! El sexo, también hay que sumarle el sexo a esta estrepitosa etapa de la vida, este suceso se puede ubicar entre los últimos años de escuela (tomando como  una edad de iniciación aproximada 14 años ).

Espero que ahora, en mi último año, yo Emily Webster, continúe con mi soltería y paz, y desista de los deseos de mis hormonas por sed de testosterona.

No es que  sea una mujer en contra del romanticismo, los hombres, el amor y bla bla bla, es solo que, las MDMDYUDDG se lo han llevado todo y no me gustaría tener algo con alguien que ya está más que probado por este grupo (repito, este grupo no pierde micro en marcha, todo, TODO le sirve).

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⏰ Última actualización: Jul 12, 2016 ⏰

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