El Intercambio 2T Cap 14

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Segunda Temporada/ Cap 14.
*POV Camila

Sinu: vamos, despiértense dormilonas. –escuché la voz de mi mamá medio cantando, mientras abría las cortinas.

Involuntariamente llevé la mano hasta mi rostro, quejándome de cualquier cosa y escondiendo mi rostro en el hombro de Lauren, quien rápidamente se estiró y abrió los ojos soñolientos. Con el mayor esfuerzo del mundo me apoyé en su pecho, para poder ver su cara de sueño. Los pequeños e hinchados ojos verdes, prácticamente cerrándose nuevamente junto al cabello despeinado la dejaban, simplemente, irresistible. Besé su mejilla, ella llevó su mano hasta mi cabello, acariciándolo.

-uy, que pereza. –dije como mansa e infantil, mientras reía.- buen día, amor.

Lauren: buen día. –respondió con su voz ronca y una pequeña sonrisa en el rostro.

-ay que pecado... -acaricié su rostro, que estaba especialmente lindo hoy.- ...te despertaron de esta forma. –vi a mi mamá, haciendo un pequeño drama, ella sonrió y negó con la cabeza saliendo de la sala.

Lauren: sólo con ver tus ojos ya supero eso. –su voz rasposa llenó la sala, haciéndome sentir en casa.

-eres tan linda por la mañana. –comenté, mordiendo su barbilla.

Lauren: solo por la mañana? –frotó sus ojos, visiblemente cansada.

-siempre. –murmuré, capturando su labio inferior.- Doña Sinu no es fácil, ella solo llega incomodando.

Lauren: despertaste de buen humor hoy...

-sí. –asentí, sonriendo.- viene pasando muy seguido desde que estás aquí.

Lauren: sí? –pasó sus labios por los míos. Los contornó con su lengua, luego sonreí.

-no cierres los ojos, o sino te duermes.

Lauren: si sigues besándome puedes estar segura que no lo haré. –sonrió.

Sellé rápidamente sus labios, medio acostada sobre su cuerpo, seguidamente deposité unos pequeños besos en ellos, siendo correspondida por Lauren.

Nos quedamos un tiempo hablando sobre nuestras familias, Lauren estaba ansiosa por conocer a Sofi, quien estaba pasando las vacaciones con nuestros tíos.

Acomodamos el sofá, mi mamá se cansó de llamarnos, lo que prácticamente fue una bendición, sin embargo nuestra paz no duró mucho...

Marielle: BUEN DÍA ENAMORADAS!! –gritó, tirándose sobre nosotras, mientras reía.- es hora de levantarse perezosas. –robó la almohada que usé y nos pegó con ella.

Lauren: Dios mío. –se quejó.- en dónde se apaga a tu amiga?

Marielle: saben, quería ir a caminar, pero no da, está lloviendo, lo que lo arruina... -ih, hoy es de esos días en los que Marielle se levanta parlante. Mejor dicho, más.- ...así que pensé porqué no visitar a la maravillosa pareja? Ycreí que era una buena idea. –sonrió.- y mírenme, aquí estoy.

Lauren: y me di cuenta de que estabas aquí...cuando te tiraste sobre nosotras.

Marielle: buen día para ti también. –se sentó en el suelo, mientras yo hice lo mismo sobre el cuerpo de Lauren.- qué vamos a hacer hoy? –silencio.- calma, calma, una a la vez. –bromeó.

-decide tú, Mari. –lo dejé en sus manos, así me libraba de tener que pensar en algo para hoy.

Marielle: ya llevaste a Lauren a algún antro? –negué.- hm, entonces está decidido, nos quedamos aquí el resto del día y aprovechamos la noche.

Lauren: nos quedamos? Quieres decir que tú también te quedarás? –vio a Marielle, quien le mostró el dedo del centro.

Marielle: puedes estar segura de que Camila me ama mucho más que a ti. –respondió, encogiéndose de hombros.

Lauren: la dejo que se ilusione o la despierto de su sueño? –me preguntó.

-ay no... no me metan en eso. –las vi.- y Rob y Sandra? Los extraño.

Marielle: está bien, él quería contarte, pero que se joda... Rob está prácticamente con un pie en el altar. Y Sandra se quedó en casa comiendo, como siempre.

-cómo así!? –arqueé mi cuerpo hacia el frente, mediante la noticia, Lauren rodó los ojos y luego los cerró, colocando su brazo sobre los mismos.

Marielle: es por eso que no aparece, su pareja viene manteniéndolo ocupado. –sonrió.- y mira, debo decir que es un desperdicio que el tipo sea gay.

-sabes que Rob no junta porquerías. –comenté, porque la verdad es que él ya se folló a cada tipo...que nos dejó a Marielle y a mí picadas.

Lauren: hey, sigo aquí. –murmuró, debajo de mí.

-disculpa mi amor. –le sonreí y le guiñé a Marielle.

Marielle: Americana, no te duermas. –dio un pequeño golpe en la frente de Lauren, dejándome con pena por ella, porque estaba prácticamente cayendo del sueño nuevamente.

-déjala Marielle. –llevé mi cuerpo hacia el frente, abrazándola.- pobrecita.



*POV Lauren

Terminé durmiéndome, cuando abrí los ojos toda la sala estaba en silencio. Me estiré y me senté, pasando las manos por mi rostro, esperando que el estado zombi disminuyera. Me tambaleé un poco al levantarme, sin embargo luego gané equilibrio, acomodé las almohadas en el sofá y doblé las sabanas, llevándolas hasta el cuarto de Camila, en donde ella y Marielle hablaban sobre la cama.

-vaya, me quedé dormida. –sonreí, soltando las sabanas y dándole un beso a Camila.

Marielle: pero que droga, juré que habías colgado las botas. –jugó, desordené su cabello sonriendo y me senté en el escritorio del computador, mientras bostezaba.

Camila: que perecilla, no? –comentó mi princesa.

-ni me digas. –froté mis ojos nuevamente.- qué hora es?

Marielle: exactamente... -vio su reloj de pulso.- la una y cuarenta cinco.

Camila: amor, quieres que te caliente tu almuerzo? Nosotras ya almorzamos.

-no, déjalo así, yo lo caliento. –sonreí, levantándome y dirigiéndome hacia abajo. En segundos las dos chicas estaban detrás de mí en la cocina, riéndose de alguna cosa.

Y así se pasó toda la tarde, Marielle y Camila hablaban sobre cosas que no me interesaban, mientras yo me distraía con un libro que compré uno de estos días. Comenzó a oscurecer y las dos se fueron a alistar para irnos al tal antro, cuando dijeron estar casi listas decidí ir a mudarme. Y aun pude estar lista antes que ellas, que no me dejaban de ninguna forma entrar a la habitación de los papás de Camila, en donde se alistaban, diciendo que era sorpresa. Marielle salió al frente, estaba realmente muy bonita.

-lo que hace el maquillaje, eh. –bromeé, cuando ella llegó a mi lado y me dio un golpe en el brazo.

Un tiempo después Camila bajó, viajé un poco cuando la vi. Llevaba su cabello suelto y rizado, muy voluminosos, sus pantalones jeans combinaban perfectamente con la delicada blusa que usaba. Sus ojos tenían una sombra marrón, haciéndole contraste a sus ojos. Y los labios parecían más carnudos, invitándome aun más a besarlos.

Marielle: no babees el suelo, querida, la alfombra costó cara. –dijo, moviendo levemente mi hombro.

El Intercambio 2da TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora