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Yoongi Pov

¡No aguanto más, joder! El maldito animal de Hoseok no para de roncar, sabía que iba a estar jodido durmiendo con él en la misma habitación.

Era muy tarde y a penas había dormido dos horas. Me levanté realmente molesto y entré en el baño, lavé mis rostro con agua bien fría y me senté en el váter con mi móvil. Pasé el tiempo hasta que Hoseok tocó en la puerta.

- Yoongi, sal de ahí, vamos todos a desayunar. - El tiempo pasó realmente rápido en el baño.

Salí con clara expresión de enfado y caminé delante del cara de caballo. Estaban ya todos en el pasillo, el idiota de Jimin estaba tirado en el suelo y se levantó cuando nos vio.

Estaba más que enfadado con él, se suponía que ayer convenceríamos a Jin para que pudiésemos compartir habitación, pero cuando le tocó con el mocoso nuevo estuvo más que encantado, encima me tocó con Hoseok...

Bajamos a desayunar y Jimin inmediatamente se acercó al mocoso del sofá y empezó a darle besos en el rostro. ¿¡Con qué derecho!? El otro estaba encantado con los mimos, que deberían ser míos. Park Jimin más te vale dejar de joderme.

No comí mucho, la melosa escena me cerró totalmente el estómago y regresé a mi cuarto. Me tumbé boca abajo frustrado. ¿Cómo puede atender a ese niño y dejar mi precioso culito de lado? No son celos, Min Yoongi tiene demasiado swag como para sentir celos, pero que ese idiota nalgón venga a darme sexo de una vez.

Dicho y hecho, como si le hubiera invocado el chico de pelo naranja entró por mi puerta.

-¿Cómo está el chico con el culo más blanco del planeta?. - Recibí una nalgada y me senté encarándole molesto. La nalgada me había gustado y excitado un poco pero el enfado era mayor.

-¿Se puede saber que...? ¿A dónde vas? - Iba a protestar por la nalgada pero vi que estaba demasiado bien vestido como para estar así por casa.

-Voy a ir al centro comercial con Jin hyung y Jineul. - No puede ser, ¿no te vas a despegar de él?

-No.

Me miró extrañado a los pies de la cama, me puse delante de él con cara de molestia.

-¿Cómo que no? No entiendo Yoongi.

-No quiero que vayas. - Sus ojos se abrieron y retrocedió un paso. Agarré su camisa y le besé, metiendo mi lengua en su boca sin permiso. - Quiero que me folles, ahora.

Me subí a él como un koala y besé su cuello queriendo dejar en él una buena marca. Me tumbó en la cama, pensé que le había convencido pero se separó. Estaba totalmente sorprendido y empalmado, acostado en la cama viendo como se acercaba a la puerta.

-No tengo tiempo para eso Yoongi, tal vez luego. - Se marchó.

El hijo de su madre me había dejado de nuevo. Bajé echando humo escaleras abajo, ahí estaba la persona que menos quería ver en ese momento.

Caminé sin hacerle caso hasta la cocina y me senté, por desgracia no tardó en seguirme.

-Hola Yoongi hyung. - A penas le miré un momento y volví a ignorarle, estúpido roba Jimin. - ¿Estás bien hyung? ¿Te pasó algo?

-No te metas en mis asuntos mocoso. - Quizá con eso se iría y no volvería a joderme.

-Oh, lo siento... - Estaba apenado por cómo le hablé, pero no me dio lástima. - Bueno hyung no quería molestarte, ya me voy.

-Ya me molestaste, más te vale que no vuelva a ocurrir. - Asintió y se marchó por fin.

Jimin apareció bajando las escaleras. Tenía la misma cara de mierda que yo. Solíamos discutir a menudo pero siempre terminábamos follando por la casa y todo se solucionaba.

El niño le dijo algo e hizo que Jimin sonriese muy lindo, como solo sonreía conmigo...

- No es nada importante. - Dijo eso más alto y pude escucharlo. Me miraba a mí directo, hablaba de mí. ¿No soy importante Jimin? Maldito idiota, te odio, imbécil, asqueroso rastrero.

Aaah! - Había roto un vaso de cristal apretándolo, se había clavado en mi mano y sangraba mucho. La escondí detrás de la mesa de la cocina para que no la vieran.

Les miré con normalidad, bueno mi normalidad es la seriedad.

-¿Qué miran ustedes? Solo se me cayó un vaso. - Me agaché fingiendo recoger los cristales.

Joder dolía mucho. Intenté sacar los pedazos pero me dolía demasiado. Me empezaron a salir lágrimas, me enfadé conmigo mismo por eso, no me gustaba llorar incluso estando solo. Cuando alcé la vista no había nadie en el salón, aproveché y corrí hasta mi habitación para ponerme algo o simplemente quedarme llorando ahí.

Cuando por fin llegué sin que nadie me viese, ahí estaba él sentado. Se quedó impactado al verme llorando, más aún al fijarse en la sangre que ya abundaba en mi mano. ¿Sería peligroso que siguiese saliendo sangre?

-H-hyung... Tu mano...

-Joder, mira que eres un maldito inoportuno. - Salí corriendo de ahí escaleras arriba.

Abrí la puertecita y subí al tejado. Acostumbraba a venir aquí cuando me sentía mal, normalmente cuando tenía problemas con Jimin. Esta casa era perfecta gracias a este lugar que solo visitaba yo.

Estaba atardeciendo cuando me quedé dormido acostado sobre las tejas, no era demasiado cómodo.

Cuando desperté ya era de noche, el cielo estaba lleno de hermosas estrellas, ellas nunca estaban solas porque tenían otra estrella a su lado... A millones de kilómetros, pero a su lado. Genial, me dio la vena sensiblera.

Sentí una vibración en mi bolsillo. Era una llamada de Jimin. ¿Por qué ese idiota estaba llamándome? Ya quedó muy claro que me mandó a la mismísima mierda. Tiré el teléfono lejos.

La sangre seguía saliendo de mi mano y aún tenía algunos cristales clavados. Pero todo dejaba de importarme cuando pensaba que lo mío con Jimin ya había terminado. Después de tanto tiempo, fue capaz de olvidarme tan fácilmente por un niñato asqueroso. ¿Será que me ve ya mayor, y por eso se fue con Jineul que es mucho más joven que yo?

Quizá ya no le parezco atractivo o guapo. O tal vez nunca me vio de esa manera.

Estaba enfermo, enfermo de Jimin. Me dejé caer acostándome en el tejado con una sonrisa enferma y mis lágrimas volvieron a salir.

Todas esas palabras bonitas que me dijiste eran pura mentira. ¿Acaso estuviste conmigo por que te daba lástima? ¿Tan patético soy?

De cualquier manera, me alegro de todos los momentos que hemos pasado juntos, porque a pesar de que todo fuese una mentira, fueron los momentos más felices de mi vida.

Sé que soy un gilipollas desagradable con el sentido afectivo de una mesa, pero yo siempre te amé. A pesar de que no te lo he dicho nunca. Ni te lo diré nunca... No me has dado tiempo Jimin...

Ahí volvieron las lágrimas de nuevo. Acabo de descubrir que soy masoquista, y no, no me refiero a lo que hice con Jimin, soy masoquista emocional, y me gusta torturarme a mi mismo pensando todas estas gilipolleces cursis.

Ahora mi mente era invadida por recuerdos del tiempo que pasamos juntos. No todos felices, porque sé que soy alguien difícil de amar y comprendo que tú no has podido hacerlo. La culpa es mía. Siempre lo fue, tengo que admitir. Nos hubiéramos ahorrado muchas discusiones sin sentido si yo no fuera tan cabezón y tan orgulloso. Tal vez si me amaste algún día, de alguna manera me reconforta pensar eso, pero yo maté tu amor con mi indiferencia. Joder Jimin podría cambiar por ti. Sería más cariñoso, más sincero, sonreiría más... Todo por ti.

Tan solo te pido que vuelvas.

Coloqué mis manos detrás de mi cabeza apoyándome en ellas y sentí el dolor de los cristales clavándose mas profundamente en mi mano. Pero me daba igual.

Esto me recordó nuestra primera vez. Es algo que nunca olvidaré.

Orange [ 윤민 ] " Colors „ Three-shot ( Secuela )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora