~~Mi Lindo Minino~~

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Una noche estrellada en la que recién dejaba de llover, esa noche en que todo cambió, esa noche en la que todo se volvió diferente... O al menos para nuestro héroe que ahora es un gato paseando por los tejados con una pata lastimada.

-Plagg tiene mucho que explicarme cuando vuelva a la normalidad...-Pensaba el gato negro sin la capacidad de poder hablar, ¿en serio ahora era un gato común y corriente?

~FLASHBACK~

Hace minutos, nuestro héroe patrullaba por las lluviosas calles de París con un paraguas en mano, mas en un movimiento, resbaló en un tejado con el resultado de dejar caer el paraguas desde el aire haciendo que se terminara doblando dejando al rubio a su suerte en la lluvia.

-Oh por todos los quesos- Se quejó el rubio mirando el paraguas a la par que hacía un puchero

-¿Es en serio que estás haciendo un puchero por esa cosa?-

-Cállate, Plagg; tú no eres el que se está mojando.-

-¡Háganlo más rápido, idiotas!- Ordenaba una figura a otras dos quienes cargaban una pieza en las afueras del museo.

-¿Pero qué tenemos aquí?- Musitó el rubio con una sonrisa para bajar de aquél tejado y quedando frente a los hombres mientras se apoyaba en su báculo notando que la lluvia estaba acabando.-Buenas noches, caballeros ¿alguna inconveniencia por aquí?- preguntó burlezco el de traje gatuno analizando lo que aquellos hombres llevaban.

El más alto de los tres hizo una señal a los otros dos para que escondieran aquél cuadro. -Oh, para nada.-

-Y diganme ¿qué es lo que están escondiendo?- preguntó, tratando de visualizar lo que aquellas personas tanto ocultaban.

-Nada que le incumba, gato de pacotilla.- Dijo uno de ellos dejando a la vista un arma blanca tratando de atacar a Chat Noir, pero obvio, él esquivó el ataque.

-¿Por qué deben recurrir siempre a la violencia?- Cuestionó con un bufido dispuesto a atacar fastidiado.

Dos de los hombres luchaban contra el rubio mientras que el tercero corría con la pieza del museo, varios intentos de los ladrones de lastimar a el de ojos verdes fueron inútiles, por si acaso solo alcanzaron a hacer dos o tres cortes máximo; mientras que él hacía varios ataques, acabando con uno dejándolo inconsciente, vino el otro el cual tenía la pieza del museo terminando inconsciente al igual que su compañero.

-Parece que el gato sabe defenderse.- Burló el hombre que seguía intacto de las garras de el rubio encima de una camioneta, suponiendo que tenía la pieza con él.

-Pues éste gatito puede hacer mucho más de lo que tú crees.- Alardeó apuntandose a sí mismo hasta que una luz verde empezó a brillar alrededor de él convirtiéndolo en un gato, esa típica bola de pelo.  -¿¡Qué acaba de pasarme!?-

-Al parecer ya no puedes defenderte ¿o si?- Dijo el ladrón pisando con fuerza la pata del gato.

-¡¡MEOW!!- Maulló el gato con fuerza por el dolor, haciendo que de tal maullido, ondas sonoras salieran disparadas haciendo un ataque dejando al ladrón inconsciente junto a los otros dos quienes estaban tirados junto a la pieza de arte. -Esto va a ser pero tan genial.- Pensaba el gato observando lo que acaba de hacer escuchando las sirenas de los policias. -Oh bien... Ellos terminarán el trabajo, ya se los facilité.-