Escritos

Estelle Maskame

No se debe esperar el perdón: hay que ganárselo.

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Sus ojos por fin vuelven a los míos. Se limita a observarme con intensidad.

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Le sonrío dulzura, con la esperanza secreta de molestarlo de la misma manera que él me irrita a mí.

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Intenta no echarme mucho de menos.

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Sonríe. Y es una sonrisa genuina, no sarcástica.

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Sus dedos fríos me rozan. Me encojo al sentir su tacto.

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¡Vuestra vida es vuestra, vuestra música es vuestra, vuestras elecciones son vuestras!

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No perdáis el tiempo haciendo estupideces que no llevan a ningún sitio.

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Mis labios encuentran los suyos, lentamente se unen y mis párpados se cierran y siento que su mano se mueve donde acaba mi espalda.

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Una ola de emociones fugaces se reflejan en sus ojos de una manera que no había visto hasta ahora.

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Casi soy capaz de sentir cómo se acelera su corazón.

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Mi voz es un susurro mientras mi corazón hace piruetas en la caja torácica.

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Te falta tanta vida como a mí.

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Mi silencio debe decirle todo lo que necesita saber.

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Lo siento, pero me importas de verdad.

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Porque tú haces que las cosas sean un poco más fáciles. Porque puedo concentrarme en ti en vez de en todo lo demás.

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No hay nada más precioso que una chica que no pretende ser algo que no es.

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Sus ojos son tan hermosos, tan fascinantes, que es imposible no sentirse atraída por ellos.

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Cuando me quedo en silencio, todo mi ser tiene ganas de que vuelva y se quede. Quiero que esté acostado a mi lado, igual que cuando se metió en mi cama en mitad de la noche. Solo quiero saber que está aquí conmigo. Quiero sentir su calidez y su tacto. Eso es todo lo que necesito. Lo único que me falta. Creo que ese es el momento en el que me doy cuenta de que estoy enamorada de él.

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Deja de intentar descifrarme.

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Y ¿sabes qué? Tienes razón. Estoy completa y jodidamente perdido en toda esta mierda.

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El corazón m late acelerado en el pecho.

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Su voz me llena de una calidez que jamás podrá ser reemplazada, esa que te hace sonreír aunque hayas tenido un mal día.

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No existe una sonrisa triste. Solo una valiente.

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En lo más profundo de mi mente solo sé una cosa: que jamás podremos estar juntos.

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No soporto su mirada, llena de emoción y dolor, pero no puedo apartar los ojos.

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Nunca frenes tu verdadero yo.

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Un instante para ponernos las caretas, para hacernos los valientes, para convencernos que ya no estamos enamorados de la persona que tenemos enfrente.

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Sé fiel a los sueños de tu juventud.

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Tú y yo a cuatro metros sobre el cielo, que a tres ya hay muchos.

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La distancia más grande entre dos personas es el miedo de una de ellas.

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Soy un buen error, cométeme.

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Qué bonita te ves ignorando al mundo leyendo.

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Enamórate de tu existencia.

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Naciste para ser una persona real, no perfecta. Estás aquí para ser tú mismo, no lo que los demás quieren que seas.

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Que no encuentres a un príncipe no significa que no seas una princesa.

ESTELLE MASKAME