BESO N-21

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Otro día, otro reto con mi estúpida silla de ruedas. Odio depender de alguien pero no tengo otra opción, por suerte  esta Luis él siempre alegra mi días.

—¡Ahh!, ¿Por que?, ¡Solo quiero ir a la biblioteca!, estúpidas piernas—Por suerte  y desgracia  no hay nadie a mi alrededor o eso creo.

—Oye oye no te estreses yo te ayudo—Dice Luis llegando a mi lado alzando mi silla se ruedas—¿A donde vamos?

—¿Vamos?—Preguntó pero esto es normal.

—Si no te voy a dejar sola,   ¿Seguro tu silla que no es una caratula para un súper poder?—En otro momento me reiría pero hoy no.

—No seas tonto, hoy no estoy de humor—Para en seco la silla. Se coloca frente a mi y yo resoplo.

—Hey mini-mini—Un apodo de su parte—¿Te sucede algo?—Su mirada hace que toda mi frustración desaparezca.

—Yo...yo estoy frustrada, cansada de esto y lo peor es que nunca cambiará.

—Pero yo haré que valga la pena

—¿Y como se que eso es verdad?

—Porque yo te quiero mini-mini y me asegurarse de que eso suceda aun si no estoy cerca de ti.

—Yo también te quiero—Mejor dicho lo amo pero no lo digo si no lo demuestro besando sus labios—Gracias por todo.

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En mi opinión no solo besando se demuestra el amor que se tiene hacia la otra persona, hay miles de formas de demostrarlo sin siquiera tocarse.

Solo es mi opinión.

Besos Sencillos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora