Capítulo 3

69 8 6
                                    

Rose

Tome mi pijama de flores, a Angeles le fascinaba esta pijama, además de ser muy colorida era muy cómoda, consistía en unos shorts rosa con flores purpuras y destellos azules y una franela manga larga holgada con el mismo modelo de los shorts, era despampanante y a mí también me encantaba.

- Comienza la larga noche.- Dijo Ariel tirándose a la cama y rebotando.

- Mañana diremos que noche la de anoche.- Menciono con picardía Angeles.

Yo solo reía y asentía, aun mi mente no estaba en el planeta, Ariel y Angeles me miraban extrañadas lo sabía, pero como les decía algo que no sabía si lo sentía en verdad, era muy rápido ¿y si no era real? Como decirles algo como, como nada rose, nada, esta noche será única, estate en el presente.

Comenzamos jugando charadas, en verdad somos muy malas en eso, mucho, solo gritábamos, reíamos, ese tipo de risas que hasta mis padres y todos los vecinos podían oír, como había extrañado estas noches, donde nos reíamos de nada pero jugábamos con todo, era una noche llena de muchos comentarios y de sobretodo mucha música, la música me retumbaba los oídos y viajaba por mis arterias, órganos y venas, hasta llegar a mis músculos y hacer que empezara a mover mis pies, mis manos o mí cabeza, era muy contagiosa.

Pero cuando llego el momento que menos deseaba sentí que se me bajo la tensión *Las verdades* y si se veía una pizca de mentira, te tenías que atener a consecuencias horribles, consecuencias como: dormir con hielo en el cuerpo, bromas constantes y ¡si! Mucho sufrimiento, en un momento a Ariel se le ocurrió la torpe idea de mentirnos y tuvo que correr en ropa interior por su vecindario, mientras la grababan que divertido fue, pero solo verla como lunática, porque ella se moría de la pena, como si no tuviera un cuerpo esbelto.

Creo que me están mirando, creo que esperan que les cuente algo, pensé en mis adentros.

- ¿Qué te ha estado sucediendo?- Me pregunto Ariel preocupada.

- Es que. -Y no termine de decir nada porque oculte mi cara, jamás puedo mirar a los ojos y menos cuando no sé qué me pasa.

- Dinos Rose, empezamos a preocuparnos.- Dijo Angeles.

- Bueno.- Y ahí empezó todo las palabras no podían salir fácilmente de tan solo recordar el encuentro, mi corazón empezó a latir de nuevo y creo que ya no hay vuelta atrás.

- Me pasa algo con un chico, es que no sé qué siento, es relativamente un extraño, y estoy hecha un manojo de nervios, y me veo como una muchacha enloquecida, creo que en verdad estoy enloqueciendo.

Todo lo dije sin pensar mucho, mi respiración y mis nervios fluyeron y mi sistema parasimpático hizo lo suyo, bajo mi adrenalina, fui destapando poco a poco mis ojos y apartando mis manos, que estaban húmedas y todo mi cuerpo estaba frio, y cuando por fin levante la mirada, teniendo el valor suficiente para enfrentarlas, no decían nada, se habían quedado sin palabras, sus caras eran inexpresivas, estaban literalmente boca abiertas, atontadas, sabía que no tenían que decir luego de que pasaron unos minutos y no pronunciaban ni una sola palabra, pero luego de ese ensordecedor silencio hablaron, o eso creo.

- ¿Quién es?, no me digas que fue con el que chocaste por los salones, vi tu nerviosismo pero creí que era mi imaginación, que no podías estar nerviosa por su presencia, pero no me equivoque rose.- Dijo Ariel.

- ¡Lo sabía! Sabía que no podía ser por ese "Adorable" profesor tuyo, ¿estas enamorada?-Dijo Angeles siendo muy ingenua

- ¡NO! Rotundamente no, no puedo estarlo, ni lo conozco bien, como puedo siquiera pensar en sentimientos hacia él es ilógico.

- El Amor es ilógico.-Dijo Ariel

- No es amor.- Dije firme, bueno un poco

- Es muy tierno lo conocí el verano pasado, es un chico... diferente.- Dijo Angeles.

Rose camino por toda la habitación y solo dijo sin pensar.

- ¡No me gusta, ni nada que se le parezca! Y es el punto final a esta absurda conversación.

¿Absurda? Ni yo misma creía lo que estaba diciendo, pero no lo aceptaba, pero no lo entendía a la vez, era un caos y eso era justo lo que trataba de evitar en mi habitación pero como mis sentimientos, fue incontrolable, habían palomitas, jugo, mermelada, pinturas, por toda la habitación, era todo un desastre, pero era sábado por la mañana apenas era el comienzo del primer fin de semana con clases y sabía que nos esperaba algo grande, y aterrador para mí.

El ultimo año; El primer AmorWhere stories live. Discover now