Un nuevo futuro, solo junto a ti.

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Todos estaban preparados, esa batalla no podían perderla. La batalla final se acercaba y tras obtener todos los poderes no había marcha atrás en su lucha para vencer a Heldalf; estaban reunidos al principio del Coto de caza de Aifread. Se habían mentalizado para lo que se venía y el que el dominio del Señor de la Desgracia no superase el de Sorey, mantenía viva la esperanza del grupo.

-Vamos, chicos. No hay marcha atrás.- no se necesitaron más palabras. Los serafines dieron un paso y se desvanecieron en el interior del Pastor, Rose lo seguía de cerca con una mirada determinada ha hacer lo que fuese por no manchar la pureza de su compañero.

Caminaron a lo largo del Coto con la tensión en el estómago, era el último sitio por revisar por lo que Heldalf debía estar por el lugar. Y no se equivocaron.

Una aura oscura como el alma de su portador señalaba su posición desde lejos, aunque a este no le importase que lo viesen, después de todo ''No hay nadie que pueda vencerme'', eso decía. Se acercaron con precaución y armas en mano; los serafines acompañaban al Pastor y su escudera en aquella lucha.

-¡Heldalf!- el grito de Sorey ni siquiera alertó al híbrido quien tranquilamente se giró para verles con superioridad.

-Vaya, pues sí, es increíblemente fuerte.- dijo Rose ante la imponente presencia.

-¡Esto no será igual que la vez anterior!- ignoró el Pastor a su compañera que se limitaba a decir lo obvio, todos sabían que tan fuerte era Heldalf.

-Espero que no.- con tan pocas palabras les había dicho lo agraciados que eran por seguir con vida para enfrentarse con él una vez más.

-¿Qué quieres decir?- Mikleo habló por primera vez, captando la atención del híbrido. Viendo al serafín del agua como si fuese estúpido, cosa que le hizo enervar.

-¿Crees que ha sido una coincidencia que encontrarais dominios de infernales a cada paso?

-¿Y qué? ¿Fue cosa tuya? ¿Es eso lo que quieres decir?- la revelación no fue precisamente chocante para Zaveid pero la sonrisa victoriosa del Señor de la Desgracia aumentaba la tensión y la asfixia de todos a cada momento.

-¿Es esta tu idea de ser clemente?- Edna pretendió mantener la compostura y madurez que tan bien aparentaba. Imitando al nuevo serafín del viento del grupo.

-Él antes era general. Quien sabe lo que está tramando.- De nuevo, Mikleo intervino tratando de controlar sus nervios y respirar, soportando aquel nudo en su garganta. No iba a mentir, frente a tal poder se sentía intimidado y temía por la seguridad de Sorey.

-¡¿Está intentando negociar?!- Obviamente no. Eso pasó por la mente de todos los presentes a excepción de Rose, quien se lo había planteado; Heldalf sólo buscaba diversión y su juguete favorito ahora mismo era el Pastor y sus débiles poderes.

-No bajes la guardia, Sorey.- Lailah advirtió el extraño incremento de malicia que los rodeaba como una orden muda de ataque.

-Sí, es capaz de cualquier cosa.

-Bueno...¿cómo averiguamos si este tipo se vinculó realmente con Maotoleus?- Rose formuló la pregunta y el método más obvio fue dicho por Zaveid.

-¡Tendremos que atacarle!

-¿Es que te has cansado de vivir?- El serafín de agua le observó con tensión ¿A caso las mentes de sus compañeros estaban llenas de serrín? Atacarle sin estrategia era un suicidio.

A different future  [SorMik, Tainted AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora