el gran día

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No sé si es porque soy mujer, o sólo soy yo, pero desde que soy muy pequeña tengo una idea muy específica sobre lo qué es ser bonita y que no lo es.

Es algo que siempre he tenido en mente y siempre estuve segura de que yo no era bonita.

Y en ese tiempo siendo tan pequeña, eso más que nada significaba que no me veía como mis muñecas, de hecho mi mamá contó sobre una vez cuando iba en primero básico le pregunté si cuando yo creciera iba a tener el pelo rubio y los ojos azules como Barbie y cuando me dijo que no era así, me puse muy triste.

Este entendimiento de cómo me veía a mí misma fue cambiando, pero esa inseguridad siempre estuvo ahí, a pesar de que poca gente se diera cuenta.

Siempre fui muy sensible y emocional, quizás demasiado, pero eso, me entregó gran empatía y siempre he sido, para bien o mal, la consejera de mis amigas y su mayor fan, mis buenos consejos se quedaban en palabras cuando tenía que ver conmigo.

Pasé mucho tiempo en relaciones emocionalmente abusivas, por un miedo irracional a quedarme sola, en mi mente ¿quién me iba a querer? Cuando al final yo no era nada especial, en mi mente yo no era suficiente.

Había días en los que me miraba al espejo y lloraba arruinando todo mi maquillaje porque me sentía excepcionalmente fea, y es ridículo a veces pensar que algo así pueda ser tan invalidante, pero puede llegar a serlo.

Me acuerdo que en alguna parte, ya cuando iba en media y ya había empezado a pololear la típica frase de "si no te amas a ti mismo, jamás podrás amar a alguien más ", y nunca la entendí porque yo estaba segura que amaba mucho a mi pololo, y sabía todos estos conflictos internos que tenía.

Hasta que en la universidad, una profesora nos habló de la diferencia entre amar, y necesitar a alguien, ella dijo "cuando amas a alguien lo haces porque es un complemento de ti, cuando necesitas a alguien, necesitas que esa persona te complete, porque tú no estás completo". Recuerdo que me hizo mucho sentido, sin embargo, no logré internalizarlo hasta mucho después.

Ya más adulta y soltera, empezar a salir en citas era absolutamente aterrador, empecé a usar apps de dating, y eso significaba ir a una cita a "ciegas", y no me daba miedo que la otra persona fuera fome ni nada parecido, no, mi mayor miedo era, "qué pasa si me rechaza?", "qué pasa si piensa que soy fea y se va?", ojalá fuera una broma, pero incluso llamé llorando a mi mejor amiga antes de la primera cita que tuve y me dijo, "estás loca, de verdad tu no ves lo que el resto del mundo ve".

Y quisiera esto hubiese sido una epifanía donde yo pude salir de esa inseguridad y verme a mí misma de otra manera, sin embargo no es así, entiendo a lo que se refería mi profesora cuando hablaba de la diferencia de amar y necesitar, y lo imposible que es amar a otra persona cuando no te amas a ti mismo, porque lo único que buscas es que esa persona te valide, de la manera en que tú no lo haces.

Pero no es tan fácil, amarse a uno mismo es un trabajo constante, es una cosa del día a día, sin embargo, yo he encontrado pequeñas cosas que hacen que sea más fácil, partiendo por ser más amable conmigo, sólo porque al final, quién más que tú sabe lo complicado que es vivir tu vida.

Entender que tú, seas quien seas, eres suficiente, porque estás en este mundo por una razón y eso es hermoso.

Escuchar lo que te dicen los demás, porque si bien hay gente desagradable no todo el mundo es así. Cuando otras personas te dan un cumplido acéptalo como verdad y deja de cuestionarlo, sin embargo no dependas de eso, ¡tú también puedes darte cumplidos!

El mundo es suficientemente difícil así como es, para no darnos un poco de amor a nosotros mismos.

El Día Que Dejé De Odiarme||one Shoot||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora