2. El Regreso

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PDV STILES

Me encontraba agotado, exhausto y cansado. Mis piernas no paraban de temblar del dolor por haber corrido y ser rasguñado por aquella bestia, mi padre estaría orgulloso, y no podía estar más entusiasmado sobre el regreso a nuestro hogar. Allison caminaba a mi lado en silencio, suspirando levemente, su mirada se posó en mi anatomía.

— Sti? Tú crees que pueda pasar en... Beacon Hills sin tener algún desglose? Tú sabes como me siento con respecto al tema de mamá.

La miré suspirando levemente, mis brazos rodearon su pequeño cuerpo en un abrazo. Sabía como se sentía Allison con respecto a California. Era algo duro, y no era algo lindo de recordar. Sentía pena por mi hermana, siempre me contaba acerca de sus demonios y de que no sabía que hacer respecto a ello. Fueron tantas veces, dentro mío podía sentir lástima y dolor. Pero, mi hermana era la persona típica de hacer a alguien sentirse mejor en un mundo sombrío.

— Claro que podrás Alli. Eres mi hermana y una de las mejores personas en este mundo. No te mereces nada de lo que ha pasado pero... El mundo a veces no es lo que todos queremos. Tiene rumbos en los que debemos de ser fuertes y seguir adelante.

Allison escondía su rostro en mi pecho mientras yo acariciaba, lentamente, su espalda en un abrazo cariñoso y consolador. Esta sonrío delicadamente antes de separarse de mi agarre.

— Te quiero Sti, y mucho.

Mis ojos se abrieron como platos y mi boca esbozó una sonrisa.

— Allison Stilinski ha dicho que me quiere, el mundo se va a acabar.

Allison rió burlona antes de encogerse de brazos, rodando los ojos levemente mientras caminabamos rumbo a casa.

— No entiendo como es que eres mi jodido hermano.

— Yo también, te quiero hermanita. – le dije sonriente solo para recibir una cabeceada burlona.

— Y, quién no?

~*~

Una vez que yo y Allison llegamos a nuestro hogar, nos introdujimos a esta esquivando las cajas sobrantes de la mudanza que llevaríamos con nosotros y nos dirigimos a la cocina por algo de comer.

— ¿Lo atraparon? – se escuchó la voz ronca de mi padre quién esbozaba una sonrisa.

— Cómo tu lo pediste. Le pusimos un fin a aquella bestia. – dijo mi hermana orgullosa.

— ¿¡QUÉ HICIERON QUÉ?! – levantó la voz haciendo que Allison y yo saltaramos en nuestros lugares. — Lo siento... Les pedí que cazaran la bestia, no que la asesinaran. Aquel joven, era la única respuesta a la pregunta de quién es el asesino de Claudia. Y no sólo lo asesisnaron, sino que comenzaron una guerra aquí en New York. Aquella "bestia" que acaban de aniquilar, era el mismísimo beta favorito del querido Alfa que descuartizo a Claudia aquella maldita noche. Buscará venganza, y no estoy listo para perderlos a los dos, mañana nos iremos a primera hora.

— Se supone que no huyes de una batalla. — dijo Allison arqueando una ceja.

— No están listos para el Alfa.

— Pero, papá. Tú nunca jamás habías dicho que lo entregaramos vivo.

— En cada cacería que han tenido, les aclaro cuando es que quiero que cacen o que asesinen. Han roto los codigos, estoy orgulloso pero al mismo tiempo decepcionado.

La mirada de Allison se mantenía en nuestro padre, sabía que ella le habría gritado unas millones de cabronadas. Pero se las guardó y asintió con la cabeza.

— ¿A que hora nos vamos? – preguntó casi sin emoción. Mi padre en este tipo de temas solía ser muy duro con Alli.

Mi padre suspiró, y esbozó una pequeña sonrisa antes de enrollar a Allison en sus brazos haciendo que esta sonriera a gusto.

— Alli, lo siento pero, hey... estoy orgulloso, podremos encontrar otras maneras. Lo prometo, lo que importa es que ustedes están a salvo. Vallan a dormir que mañana nos espera un largo viaje.

~*~

El sol intentaba aparecer entre los hoyuelos de la persiana de mi cuarto. Las aves cantaban sus cantos alegres, era un día especial. Por fin volvería a mi hogar, Beacon Hills. Me faltaba un año de escuela, y allí iba a terminarla. ¿Quién sabe? Capaz que allí encuentre a lo que la gente llama su "amor verdadero." Pero, eso era algo de lo cuál yo nunca había creído, ¿amor? He estado en unas cuantas relaciones y todas fueron infieles. ¿Amor? Es algo que creo imposible. Decidí abrir mis ojos y pararme cuando la alarma decidió chillar haciendome gruñir y rodar en mi posición. Si a algo odiaba más que nada, eran a las alarmas. Bostecé antes de sacarme el sueño de los ojos.

— ¡STILES! – gritó una vestida y peinada Allison mientras corría a mi habitación haciendo que yo me parara de la cama rápidamente.

— ¿Qué ocurre? – grité preocupado.

— Recuerdas, a Scott Mccall??

Scott Mccall, claro. Era mi mejor amigo de toda la infancia, era el brazo cuando lo necesitaba y siempre habría estado junto a mi cuando eramos jóvenes. El era alguien al cual nunca le daría la espalda o traicionaría, había estado hablando con Scott en los ultimos años. Pero, no era lo mismo, ahora lo vería cara a cara. Sería algo increíble y grandioso. No estaba seguro si iba a acordar algo sobre mi, pero, lo haré recordar.

— Sí, era mi mejor amigo de la infancia. ¿Qué sucede?

— Nada solo me dijo que se moría de ganás por encontrarse con nosotros. Especialmente contigo. Vistete que debemos ayudar a papa con las maletas. — Dijo mi hermana, su cabello corto estaba perfectamente peinado en una media cola. Llevaba puesta una camisa floreada con unos vaqueros oscuros y botas negras. Me encontraba un tanto desorientado, todo estaba pasando tán rápido. No había tenido el tiempo necesario de despedirme de mis amigos aquí, no tuve el tiempo necesario como para poder disfrutar del mundo hoy en día. Debía aguantarme con el tema de las cazerías y criaturas sin poder disfrutar mi adolescencia. Estaba cansado. No merecía esto, ni yo, ni Allison.

Suspirando, terminé de ayudar a mi padre con las cajas y maletas que faltaban. Llegamos al auto, nos subimos a este y comenzamos el viaje de vuelta a Beacon Hills. Papa iría cantando canciones mientras Alli rodaba los ojos y leía atentamente su libro, mientras ibamos camino a Beacon Hills. Me tomé una pequeña siesta y comencé a recordar momentos de mi infancia, como cuando estaba obsesionadamente enamorado de aquella bella Lydia Martin; o cuando yo y Scott practicabamos lacrosse aunque los dos eramos pésimos, recuerdo, que Scott tenía un perro, no estoy seguro de su sexo pero creo que era una hembra. Habían salido a pasear y Scott tuvo un accidente, no recuerdo en especial como había ocurrido, pero recuerdo el gran temor que sentía por la perdida de mi mejor amigo.

— Oye, sudoriente. Despierta. – me dijo mi hermana mientras me quito los headphones, con una sonrisa burlona. — Ya llegamos.

Frunciendo el ceño me rasque la frente y me incorporé en mi asiento, mi papa sonria mientras subía el volumen de la radio. Lo miré incredulo y levaté mis cejas en tono burlón.

— Ya despierta, llegamos.

— Sí papá me he dado cuenta de eso.

Alli rió y siguió con sus frases de doble sentido todo camino a nuestro nuevo hogar.

— Cuando lleguemos, descansen mientras organizo nuestra casa. Mañana será su primer día de escuela.

                                    ***

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⏰ Última actualización: Jan 01, 2017 ⏰

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Soulmate { Stiles Stilinski }Donde viven las historias. Descúbrelo ahora