Capítulo 1

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Me desperté por el molesto sonido de la alarma, la cual marcaba que ya eran las 6:30.
La apague con dificultad y me apresure en levantarme para darme una ducha. Es el primer día, por lo cual estoy bastante nerviosa y emocionada, una mala mezcla de emociones en un momento como este, sobre todo si tienes el estomago vacio. Afortunadamente saber que Alex va a acompañarme logra calmar un poco el nudo en mi estómago.

Luego de ducharme me puse a buscar la ropa que me pondria para ir a la escuela. Saqué del armario una blusa blanca de manga corta, un jean negro y unas vans del mismo color. Algo simple y comodo, no es que tenga la mejor ropa del mundo, pero no me gusta llamar la atencion y tampoco tengo el tiempo de rebuscar en mi armario para armar el conjunto perfecto.
Seque mi cabello y lo recogí en una coleta alta, justo cuando tocaron la puerta.

—¡Emily apresúrate o vamos a llegar tarde! — exclamo mi hermano desde el otro lado.

-¡Ya voy!

Cuando baje a desayunar me encontré con mi padre caminando de un lado a otro, con cara de frustración.

—¿Que pasa? —pregunté tomando una manzana de la mesa.

—El auto no arranca y el técnico no vendrá hasta mañana, tendrán que irse en autobús.

Mierda

No me importa ir en autobús, pero son las 7:48 y el próximo autobús que nos lleva a la escuela pasa a las 7:50, al menos que queramos esperar 1 hora y llegar tarde al primer día. Mi hermano me miro como si hubiéramos pensado lo mismo, inmediatamente tomó nuestras mochilas y mi brazo, arrastrándome a la puerta.

Cuando estábamos a una cuadra vimos el autobús a punto de arrancar y empezamos a correr como si nuestra vida dependiera de ello, por que así era, almenos para mí. Corrimos tropezando de vez en cuando. Hasta que el chofer se dignó a abrirnos la puerta de mala gana y nos dejó subir, estaba lleno de gente, por lo que Alex y yo tuvimos que arreglarnos de manera que quedáramos espalda con espalda.

Ya más tranquila me dispuse a comer mi manzana que nisiquiera habia probado aún y me puse los auriculares para  escuchar música, estaba en eso cuando un flash iluminó mi rostro repentinamente, cagándome por completo.

Cuando pude recuperar mi visión, vi un chico con las mejillas completamente rojas, el celular en la mano y una mirada en modo de disculpa.

No supe si sentirme alagada u ofendida. El chico es bastante atractivo aunque en este momento pareciera elmo en persona (enserio, nunca vi a alguien ponerse asi de rojo). Tiene lo ojos cafés y el pelo rubio oscuro.
Opte por sonreír para que no se sintiera mal y fingir que no me sacaron una foto sin mí consentimiento. No voy a mentirles, también me ha pasado lo del flash cuando trato de enviarle a mis amigas una imagen de mi crush, y es uno de los momentos más vergonzosos de la vida. Aunque probablemente solo lo hizo para hacer un meme o algo asi.

Se me hizo el viaje mas largo del mundo, la gente no paraba de amontonarse y aplastarnos. Una parada antes de la escuela una señora subio con su gato entre los brazos.

Por coinsidencias de la vida y porque el universo me.odia soy alergica a los gatos, aunque me gusten demasiado.

De un momento a otro empece a sentir una desesperada necesidad de estornudar, no me pude controlar, estornude tan fuerte que me pegue con el tubo del que me afirmaba.

Luego de escuchar mi golpe, Alex se dio vuelta, mirándome con cara de espanto.

—Sa-sa-sangre — tartamudeo como si hubiera visto un fantasma

—¿Que?

—Te está saliendo sangre de la nariz—susurro totalmente pálido.

Olvide que Alex le tiene miedo a la sangre. Una vez cuando el tenía 10 años, mamá se cortó pelando papas y lo tuvieron que llevar a él al hospital por haberse desmayado.

Y parecía que iba a desmayarse justo ahora

—Tranquilo, es sólo un poco de sangre—dije tratando de que se calmara. Mientras sacaba un poco de papel higiénico para limpiar mi nariz, pero esta no paraba de sangrar.

En ese momento vi que ya habíamos llegado a la escuela.

Y ahí estaba yo, corriendo a la entrada con un pedazo de papel en la nariz y un hermano que ya veía el túnel hacia la luz. Corrí con toda la esperanza de que nadie me haya visto y llegue a la enfermería con la dignidad en el piso.

Una señora de unos 50 años me limpio la nariz y puso un algodón para que esta dejara de sangrar.
Mientras Alex tomaba un poco de agua y volvía a retomar el color de su piel.

Gran manera de empezar el dia, probablemente iban a regañarme por llegar tarde a la clase.

Luego de salir de la enfermería, llegó el momento más temido de mi día.

Separarme de Alex.

Al ser 1 año menor que mi hermano ibamos en cursos diferentes y no me quedo otra que entrar sola.

Me despedí de Alex con un abrazo y saque mi horario.

Primera clase: Historia

Entre de la manera mas ridiculamente posible, mirando el suelo, con mi algodón en la nariz y mi mochila en la mano.
Levante la vista y observe el salón, la profesora no había llegado, por lo que todos estaban desordenados y hablando.

Iba a buscar un lugar donde sentarme cuando la profesora de Historia entró por la puerta, provocando que todos se callaran y se sentaran en sus respectivos asientos.

—Buenos días —dijo la mujer con notables arrugas alrededor de sus ojos—Veo que tenemos una nueva alumna —me miro de reojo —¿Puedo saber su nombre señorita?

—Emily, Emily Rodríguez

Lose, es ridículo, es como llamarse John Pérez.
La verdad es que me llamo Estela, igual que mi mamá, la cual no es mi persona favorita en el mundo, para ser sincera casi no la conocí, pero hizo cosas que una madre no debería, por eso prefiero que me digan Emily, es un lindo nombre y no necesito recordar a mi madre cada vez que me nombran.

—Señorita Emily, puede sentarse junto a catherine —dijo apuntando a una chica de pelo azul.

Me senté sin mirar a nadie. Este día ha sido lo suficientemente vergonzoso y no creo estar dando una buena impresión con un algodón lleno de sangre.

—¿Con quien te peleaste niña?—escuche que decía la chica de pelo azul a mi lado, Catherine.

—Con el tubo de un autobús —dije provocando que me regalara una sonrisa.

—Veo que tuviste un mal día

Si, la verdad ha sido un día horrible y sólo deseo con todo mi corazón que termine o que Alex me tire un vaso de agua y me despierte de esta pesadilla.

—He tenido peores —conteste restando importancia al asunto.

Levante la mano interrumpiendo la clase y la conversación con mi nueva compañera

—¿Tiene alguna duda?- preguntó  la profesora con cara de pocos amigos.

—¿Puedo ir al baño?—suplique

—Vaya rápido

Fui al baño de mujeres que quedaba al fondo del pasillo para quitarme el algodón, el cual estaba completamente rojo.
Mi nariz ya no estaba sangrando, así que lave mi cara y fui directo al salón con un poco mas de confianza.

Cuando volví a entrar, por fin me atreví a mirar a mis compañeros con los cuales tendría que convivir los siguientes tres años.

Fue entonces cuando me percaté que al final de la sala, rodeado de su grupo de amigos, estaba el chico del autobús.

***

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