Algo escondía en aquellas blancas manos,en su cabeza acontecía algo casi perfecto,tan vivas ilusiones impresas en aquella dulce sonrisa.Hoy era el día.Hoy se declararía ante aquel ser que unicamente con una mirada, podía llevar los límites de aquella chica a un infinito.
Pasaban horas,horas eternas en aquel punto que habían decidido encontrarse,y la luz de aquella chica,cesada se encontraba.
En su desesperación,dejo caer La Rosa de sus manos.Y de aquel lugar,marchó.
Caminó enfurecida por aquella calle que parecía desvanecerse cada paso que daba.
Lo odiaba,lo odiaba muchisimo,deseaba su muerte por romper su pequeño corazón.Estúpido maldito.