Dawn

Capitulo 2

Mete la llave en la cerradura y abre la gran puerta de entrada, pasa supervisando que todo esté en su lugar es muy inquieto y no solo porque no puede dormir. Sube trotando las escaleras dirigiéndose al cuarto principal, su cuarto. Se recuesta sutilmente en la cama para dos personas que se encuentra en medio de la habitación.

Las paredes están pintadas de un color carmesí con cuatro cuadros en una de las paredes de los años 80's, el suelo es de madera con una alfombra de color negro. Se levanta dirigiéndose a su habitación preferida, donde están todos los instrumentos musicales con la bolsa de boxeo.

Toma su guitarra favorita mientras la enchufa en un amplificador, toca unos riffs bastantes sencillos cuando escucho que alguien toca la puerta, maldice para sus adentros preguntándose quién puede aparecer en su hogar sin avisar y a tan altas horas de la noche.

Abre la puerta y se encuentra con una sorpresa no muy grata, es su familia que llega de las profundidades del infierno con mucha sed "Gracias al ser de las tinieblas que vivo en frente de un bosque aislado de la humanidad". Sonríe falsamente besándole las mejillas a su "madre".

-Brusley, ¿sigues teniendo esos instrumentos con los que tocan música los humanos?- Pregunta la persona que lo convirtió en el monstruo actual que es.

-Si padre, sigue en el mismo sitio de siempre.

Pasan sus dos "padres" sin pedir permiso, nadie tiene modales en esta familia solo él que ha aprendido de todos estos años que ha tenido que convivir con los humanos.

Ellos realmente no son sus padres, lo protegen como si lo fuesen pero el supone que por culpa ya que esas monstruosidades mataron a sus padres biológicos. Era noche fría él estaba con su novia en la casa solos "divirtiéndose" cuando sin avisar alguien toca la puerta, el abre sin la sudadera cuando reacciona de lo que pasa es tarde ya ha sido mordido por un vampiro. Ellos mataron a su único amor y a sus padres, no guarda rencor pero le gusta estar cerca de los humanos, le parece unas criaturas interesantes.

Hace años que ha evitado no tomar sangre de humanos, hasta esa noche que no pudo controlar sus impulsos. Su madre está en la cocina buscando comida.

-¿Tienes sangre o tendremos que salir a casar?- Pronuncia esas palabras con sus labios pintados de un negro profundo en los labios.

-Hay en el refrigerador madre- Contesta.

Su madre bebe un sorbo – No es de humano, pero esta bueno.

Brus caza animales para no tener que asesinar humanos ya que le parece algo patético, al tener mucha más fuerza que ellos puede matarlos en dos segundos, eso lo haría un cobarde.

Busca una jeringa en su mesita de luz, el mismo ha hecho una sustancia que con inyectársela en la sangre cae dormido en 5 minutos exactos. Se clava la jeringa en su brazo izquierdo mientras respira hondo, eso simula las horas de sueños de los humanos que extraña tanto él desde hace años.

Despierta ya cuando esta amaneciendo, mira el reloj que está a su lado y se sorprende por la hora 5:30 a.m. Se levanta mientras sale en busca de su equipo deportivo, le fascina salir a correr con la brisa fría de la mañana.

Corre por el gran parque, todo está normal no anda nadie por las calles aun, solo uno que otro ebrio que ha salido de algún antro. Ve a lo lejos una muchacha muy bien vestida con un equipo deportivo, para en la acera para apreciarla, cuando ya está a unos pocos metros de él se percata que es la chica de anoche, sonríe un poco y ella lo ve.

-Hola- Sonríe mientras respira con dificultad.

-Hola de nuevo, tu...

-¿Has olvidado mi nombre?- Frunce un poco el seño.

Ríe ligeramente- Soy muy detallista no me olvido de nada, Ashley.

Sus mejillas empiezan a sonrojarse antes de poder contestarle- Brus.

Se acerca para besar su mejilla y él la toma de la cintura acercando su boca a su oído.

-Ashley- Dice en un susurro casi inaudible.