Acto Primero:
Verde cielo, brillante, artificial, inerte; luego tu. Acomodo la vista para hacerte desaparecer y volver a la realidad de ese techo. Todas las noche rodeada de frio y caliente, miseria, entes y soledad, lista para dormir. Una vez más en mis alucinaciones de felicidad te veo antes de escapar.
Acto Segundo:
La soga dorada se acaba y debo volver. Abro los ojos y una vez mas el verde techo que tanto odio y ese ruido, contaminándome, destrozando mis nervios. Otro día de rutina: agua, baño, ropa, viajes. Es verdad, han pasado horas, como estarás? Como estoy? A quien le importa?
Acto Tercero:
Ahogándome, demasiado aire. Patio de tanques. Bonito paisaje de la decadencia. Un encuentro matutino más con las gemelas, al menos no hacen ruido y liberan mi cuerpo por breves instantes. Que tal irá tu día? A mi me importa.
Acto Cuarto:
Enferma y cansada, pero a quien le importa ah? Ni a mi me importa. Si tan solo disfrutara el juego que jugamos, aprender lo que aprendemos, pensar en quien pensamos. Si tan solo valiera la pena hacer lo que hacemos, vivir por lo que vivimos. Despierto de nuevo en el umbral del blanco edificio. Pobreza, sangre, muerte. Dichoso el que es feliz no es así? No lo se. Las mismas caras, hipócritas sonrisas y "buenos días". De acuerdo? No maldita sea, no estoy de acuerdo! grita mi mente. Repentinamente todos se esparcen en esa hermosa pradera como grises partículas llenas de nada, el sol todo lo inunda de color, miro mis manos, mi ropa y soy niña otra vez. No debo romper mis medias pero que mas da, mi madre no podrá encontrarme aquí. Siento la comodidad de ese suelo, la frescura de ese aire, la inocencia que he perdido acaricia mis mejillas como las manos que se la llevaron solían hacerlo. Mis nubes purpura flotan sobre mi y el sonido desgarra a mi niña de nuevo, el exterior infecta mi infancia. Conciencia. Es verdad, han pasado horas, como estarás? Como estoy? A quien le importa?
Acto Quinto:
Una vez mas el camino. Asfixiándome, asqueándome, muchos cuerpos. Patio de tanques. Repetitivo paisaje de la decadencia. Quiero mi propio paisaje, sin el largo rio gris frente a mi, sin la interminable chatarra, sin la ignorancia; pero eso sería pedir demasiado. Rutina: agua, baño, ropa, comida. Letras, asesinas, simples verdugos en papel. Han pasado horas, dejó de interesar, es lo que quiero, que todo pase.
Acto Sexto:
Otra noche rodeada de frio y caliente, miseria, entes y soledad, lista para dormir. Acomodo la vista y me ajusto a la realidad de ese techo, no quiero alucinarte de nuevo. No más. Escape.