Pequeña

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Pequeña

Te he visto caer tantas veces... Que aún no entiendo como estando rota, no necesitas costuras nuevas.

Como aguantan los hilos que sostienen tus extremidades.
Como caminas sobre arenas movedizas y tus pasos parecen de lejos, tan firmes.

Dime

¿Por qué has roto el único espejo que te veía como eres?
¿Y has decidido cortarte con cada recuerdo que te aleja de este?

Si pudieras verte como yo lo hacía...

No importaba que tu vestido estuviera lleno del barro en el que te hundías.
Que no supieras cuándo parar de defender una causa que aún estando perdida, merecía cualquier batalla.
Los presagios de tu muerte quedaban a un lado, porque tenias ganas.

¿Que te ha pasado?

¿Quien o qué ha borrado tu sonrisa?
Y lo más importante... ¿Por qué has decidido que esta no es prioritaria?

Me pregunto cómo deben de verse las cosas desde tu celda de cristal.
Sabiendo que todo está a tu alcance, sin poder tomarlo.

Sigues en pie, sigues aquí, pero no estás.
Continuas un camino que dibujan otros y sin titubear, lo aceptas.

Quizá porque has olvidado como coloreabas la vida.
Como cada piedra del camino no era un tropiezo, si no una historia.

Pequeña

Si supieras lo grande que has sido siempre.
Los saltos al vacío que vives para contar, pero que no recuerdas.

Las innumerables sonrisas que son por tu causa, mientras solo ves las lágrimas.
El "te necesito" que nunca terminas de creerte...

Podría darte mil motivos y tú rebatirlos con mil y un "pero".

Pequeña

No te diré que te levantes, te contaré un secreto.
Nunca has caído.

No importan los fracasos o las victorias, mientras sigas dejándote como hasta ahora, el corazón en cada toma de aliento que coges.

Nadie puede demostrar su valía ante el mundo. No has de rendir cuentas a terceros. No todos te escucharán y menos te valorarán.
Pero nunca estarás sola.

Ahora quiero que te mires en el espejo.
Quiero que escrutes cada centímetro de tu cuerpo y lo veas bonito, sexy, elegante, valioso...
Quiero que profundices más y mires tu corazón.
Ahora delicado, frágil, en la cuerda floja...

Cierra los ojos.
Sigue latiendo ¿verdad?
Sigue luchando y lo hace por ti, tú lo haces posible.

Así que... No te rindas.

Llora, enfádate, maldice al cielo, tómate unas vacaciones y húndete en lo profundo.
Ódiate por un instante, a ti y a las circunstancias.
Cúlpate, di en voz alta que no hay salida.

Pero luego, dúchate, vístete, levanta la cabeza y enorgullécete por haber hecho todo eso y aún así, tener ganas de dar un paso más.

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2016 ⏰

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Pequeña, no te rindas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora