Laura.
-María, te estoy hablando- cada vez que la miraba sentía como que no me escuchaba.-Que me estabas diciendo, es que estaba pensando-
-Siempre estás pensando tía, nunca me escuchas cuando más lo necesito-
-Mira, Laura. Sabes que no estoy por unos buenos momentos y lo sabes, siempre quieres que a ti se te escuche y luego cuando yo te cuento mis problemas siempre estás buscando alguna excusa para no quedar conmigo y no oírme. También te digo que tú por lo menos tienes a tu novio, a tus hermanos, pero yo estoy sola ¿sabes? Y eso sí que parece que no lo entiendes.
En ese momento, vi a María que se iba por la puerta de mi habitación no sabía que decirla, en parte tenía razón, no estaba entendiéndola lo suficiente, y seguro que esta vez su enfado duraría más que otros, y lo entiendo, la entiendo, pero es que... María es un misterio sin resolver, y espero que algún día alguien la descifre..
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María.-Joder- la palabra que más se estaba repitiendo en mi cabeza desde que he discutido con Laura.
No es que me arrepienta, porque bastante la he estado soportando sus problemas y ella nunca los míos.¿No os pasa que muchas veces pensáis que no os escuchan, que ni tú misma te escuchas porque no te entiendes, como que el mundo tampoco te entiende?
-Si pudiera ser como las olas del mar, aunque se acaben en la orilla siempre empiezan algo juntas- decía en voz alta, mientras sentía que algo resbalaba en mi mejilla, mirando el horizonte del mar.
Durante unos minutos, un silencio me perseguía hasta que por un momento sonó mi móvil.
-María hija, ven a casa, ya está la cena lista- era un mensaje de mi madre.
Así que me levante de la arena, y empecé a caminar por la orilla.
-Uy perdón, no te había visto- decía a un chico mirando mis manos que estaban cogidas con las suyas. -No era mi intención chocarme, no te había visto-
-No pasa nada, no te preocupes- me decía sonriendo. De esas sonrisas con las que a la primera te derrites, pues con esas mismas. -Parece ser que la que no está bien eres tú-
-Bueno..- decía, mientras notaba las mismas manos suyas que hace un momento tenía cogidas mis manos ahora en mi mejilla intentando apartarme las lágrimas que aún caían.
-No me pasa nada- le decía apartándole la cara.-Cuando una persona llora, no es lo muy adecuado que no le pase nada, y si lloras es porque te pasa algo- me decía con la misma sonrisa desde hace dos segundos, por así decirlo no la había quitado desde que me había visto.
-Pues verás..- le decía haciéndole un gesto con las manos para que se sentará en el suelo.
-Por cierto, me llamo Jesus-
-María, encantada- por una vez nos reíamos los dos juntos. -El problema es que no estoy pasando por buenos momentos en estos instantes, no sé si me entiendes porque mucha gente me hace sentir que si lo hace y luego ni me escuchan, sé que te preguntarás que porque estoy mal, pero perdí a mi hermana gemela hace dos semanas..- ya no podía más y veía como mis lagrimas salían esta vez más rápido -la gente desde que se ha ido no parece importar mi vida, me trata no se decirlo, ella era mi único apoyo, y ahora que no está, no sé muy bien dónde me encuentro, a ver en parte sí, pero me refiero encontrarme en la vida, ella mi soporte y ahora que se ha ido..- notaba que el chico me pasaba su brazo por mis hombros. -Desde que se ha ido no he encontrado a nadie que me escuche como lo hacía ella..-
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Siempre fuiste la pieza que iba buscando.
Teen FictionMaría no sabe lo que la deparará durante su largo verano en una ciudad que ha estado siempre, y que siempre la veía aburrida, hasta que un día pasa algo inesperado que hasta ella misma no cree lo que la está pasando. Jesus y Dani, dos hermanos gemel...