Siempre supe que llegaría a este punto en concreto a veces soñaba con ello y notaba su profundidad, notaba la brecha como se extendía hacia mi y caía, caía pero no tenía miedo.
El miedo no es algo efímero que viene y va sino que es algo que vive dentro de nosotros que siempre está hasta en la más mínima acción y no lo notamos hasta que es inevitable poder caer por ese abismo. ¿Tanto cuesta asimilarlo? ¿Cuántas veces se ha estado al borde del precipicio? ¿Y luego que? ¿Te enzarzas en una pelea sin final con el arrepentimiento? No, no y mil veces no, hay que negarse siempre en quedarse enredado en esas zarzas venenosas que te hacen cada vez más débil hasta que mueres, luego te das cuenta de que a nadie le importó esa lucha porque siempre te señalarán por haber caído en esa brecha oscura y casi infinita.
Todo el universo se resume en una cosa, en tus propios fantasmas y la capacidad que tienen de empujarte en ese abismo.