Capítulo uno.

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El fuerte viento se había llevado su paraguas, sabia que no debió haber salido ese día. Sus padres se lo habían advertido... Sin embargo. Yacía bajo la lluvia, empapado hasta más no poder, y ahora lo único que quería era regresar a casa a salvo.

- Ugh, la próxima vez escucharé a papá... -

Murmuro un pelinegro de baja estatura, esperaba debajo de un pequeño techado de una tienda, sólo hasta que pasara la lluvia. Lamentaba dos cosas, 1) No traer paraguas. 2) No escuchar a Yūichirō, su padre, quien le dijo que no debía salir con ese clima.

- Seguramente me retara después de esto... -

Dijo para si mismo mientras agachaba su cabeza, ya se imaginaba los gritos de su padre y los sermones de su madre.

Justo en ese momento, dos cabelleras, una plateada y otra azabache, salían de aquel lugar con las compras en mano, extendieron su paraguas y se dispusieron a ir a casa. Hasta que uno de ellos le miro, y llamo la atención de quien parecía, era su hermano.

- Nee~ Gyū-nii~ Mira a ese pequeñín de allá, ¿Acaso no parece un gatito mojado?~-

Hablo el peliplata a su compañero, este sólo se limito a observar al pequeño pelinegro por el rabillo del ojo. Las palabras de aquel chico hicieron estremecer al azabache, quien se encogió en hombros sobre su lugar, cerro los ojos con fuerza, esperando que dejasen de verlo y se marcharan.

- No molestes, Shiren. -

Le reto el otro en respuesta a su pregunta, sin embargo, seguía viendo al pequeño "niño" empapado.

- ¿Ah?~ Pero no estoy molestando a nadie, sólo di mi punto de vista, Gyū-nii malo.-

Hablo en defensa en peliplateado haciendo una especie de puchero a su hermano, este sólo suspiro. El peliplata se adelanto, haciéndose el indignado tras las palabras de su hermano, dejándolo solo.

- Patético... -

Murmuro el azabache más grande, volvió a mirar al pequeño que seguía encogido en su lugar, supuso que esperaba a que se fueran. Se acercó y extendió su paraguas hacia el, cubriéndolo de la lluvia, empapándose un poco en el acto.

El pequeño de ojos celestes alzo la vista por inercia, encontrándose con unos profundos ojos purpuras, estos le miraban desde arriba, se sonrojo ligeramente al sentirse vulnerable.

- N-No es necesario... Yo, ya me iba. -

Balbuceo un poco el pelinegro y volvió a mantener su mirada gacha. "Vergüenza" era la palabra con la que lo describiría su hermana Yuumi, que seguramente si viera eso, estaría muriendo de risa. Inclusive podía imaginársela ahora.

- Tómala. De cualquier manera no me importa mojarme, y veo que si no vas a casa pronto, pescarás un resfriado. -

El pelinegro más alto le miraba seriamente y sin pizca de amabilidad, como cualquier otra persona.

El pequeño azabache realmente no quería hacerlo, pero sabia que personas como él, insistirían demasiado. Gran error, puesto que el mayor odiaba insistir, y más por algo tan "patético" o "estúpido" depende de su punto de vista; inseguro y con las manos ligeramente temblorosas, tomo aquel paraguas, rozando por unos segundos la mano del mayor, "cálidas", pensó.

Una vez entre sus manos, apretó el mango del paraguas y lo bajo lo suficientemente para cubrir sus rostro avergonzado.

Por su parte el mayor ni se inmutó, girando sobre sus pasos se marchó, no esperaba tener que hablar con el, y las ganas de siquiera llegar a conocerle nunca habían pasado por su cabeza.

- Se fué... Gracias... -

Había murmurado el azabache mientras sostenía el paraguas, había querido agradecerle, pero era tarde. Se había ido.

【✿】

Capítulo 1.
586 palabras.
Nuevo récord (?).

¡Gracias por leer!

Bajo la lluvia ┊ GyūMichiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora