La carretera estaba desierta cuando Baekhyun y Chanyeol la recorrieron en su jeep rojo, ambos habían estado en completo silencio durante todo el viaje a la playa solo escuchando canciones viejas. Baekhyun conducía con ambas manos en el volante, la ventana bajada, un par de lentes ocultando sus ojos que cada cierto momento miraban a Chanyeol, quien solo estaba sentado en completo silencio, mirando por la ventana desde el asiento del copiloto.
Al llegar a la playa Baekhyun al no ver a nadie en ella, era un lugar apartado después de todo. Se puso sus sandalias y caminó por la arena, Chanyeol siguió sus pasos.
El castaño dio media vuelta, atrapó la mano de Chanyeol y lo jaló hacía la costa con una sonrisa abierta.
– Perdóname Chanyeol – pidió mientras miraba al pelinegro, al no recibir una respuesta tiró de su brazo nuevamente –. No puedes odiarme toda eternidad.
El más alto parecía no tener emociones para las palabras de Baekhyun.
– Sentémonos – dijo de repente, soltando la mano de Chanyeol.
Baekhyun sintió la arena caliente y la brisa del mar, suspiró mirando el mar y el cielo, la manera en como se conectaban desde su perspectiva lo llenaban de alegría, ya que el mar y el cielo nunca se tocarían, pero desde ese lugar donde Baekhyun yacía, parecía que permanecían unidos.
Chanyeol sin hacer ruido alguno se sentó a su lado, extendiendo sus piernas sobre la arena, Baekhyun abrazó sus piernas apoyando su mejilla derecha en su rodilla, mirando al que consideraba el amor de su vida.
– Te amo tanto Yeol, no soporto tu silencio. No pareces tú...
Extendió su mano izquierda y acarició el cuello de Chanyeol, sus mejillas se elevaron para enmarcar su sonrisa y continuó acariciando a su novio hasta tocar sus hebras negras.
Apenas recordaba por qué habían peleado hace más de una semana, o eso creía, la realidad era que Baekhyun recordaba todo, hasta la manera en cómo le había insultado, en como agarró las llaves del carro y se las dio a Chanyeol exigiéndole que se largara.
Baekhyun no podía con el sentimiento, ni siquiera podía imaginar el dolor de Chanyeol cuando le exigió algo tan cruel. Con el corazón hecho trizas miró directamente a los ojos de Chanyeol.
– Dime que me perdonas, por favor.
Silencio.
El castaño solo soltó un pequeño llanto que logró reprimir al instante.
– ¿Recuerdas cuando vinimos por primera vez a esta playa? – preguntó con lágrimas en los ojos, con un nudo en su garganta, con una sonrisa apunto de partirse –. Decías que era nuestro lugar, y por eso regresábamos cada verano. Chanyeol... tú siempre metías las cosas en el jeep, me despertabas y conducías todo el camino, cantando esa horrible canción que yo también llegue a cantar. Diciéndome que me amabas ¿recuerdas? ¿lo recuerdas? Por Dios dime que lo recuerdas.
Baekhyun limpió sus lágrimas con el dorso de su muñeca, retomó nuevamente la mano de Chanyeol, las vio unidas sobre la arena; el calor del sol parecía haberle llenado de valor cuando se levantó.
Notó sus huellas en la arena, el jeep estacionado a lo lejos, el sonido del mar.
– Vamos – susurró caminando hacia el mar –. Ven Chanyeol.
Chanyeol siguió los pasos de Baekhyun, como siempre lo hizo.
Se adentraron, sintiendo el mar hasta las rodillas, frente a frente, Baekhyun acarició una vez más la mejilla de Chanyeol.
– Nunca debí haberte pedido que me dejaras. Nunca debí haberte dado esas llaves– su voz se quebraba con cada línea – porque ahora no estás conmigo.
Chanyeol pestañeó. No entendía.
– Yo mismo reconocí tu cuerpo en la morgue, te vi con mis propios ojos siendo enterrado hace una semana Chanyeol – el sonido del mar fue lo único que obtuvo como respuesta nuevamente –. Para mí sigues aquí, pero considero justo seguirte. Yo te pedí irte y ahora te quiero devuelta, y esta es la única manera.
El castaño entró en el mar hasta la cintura antes de hablarle a Chanyeol.
– Necesito saber si me perdonas Chanyeol, lo necesito porque no aceptaré que no me hables cuando nos volvamos a reencontrar.
Chanyeol siguió sin problemas al cuerpo de Baekhyun hasta su posición.
– No me digas que debo quedarme – dijo cuando lo tuve frente a él –. Te amo Chanyeol.
– Yo también te amo Baekhyun.
Baekhyun abrió los ojos, soltó un sonido lleno de dolor y arrepentimiento que fue callado por el mar.
– Tú siempre me seguiste, ahora es mi turno ¿podrías indicarme el camino que debo seguir?
Sus ojos brillaron por sus lágrimas, y apenas veía hacia dónde lo llevaba Chanyeol. Antes de cerrar los ojos para entrar en el mar, notó una vez más el azul del cielo y del mar conectarse con uno solo, y estuvo seguro de Chanyeol lo llevaría al lugar correcto.
–
–
Cerró los ojos cuando su cuerpo no pudo continuar y los volvió a abrir cuando Chanyeol le pidió que se levantara. Baekhyun no reconocía el lugar donde estaba, pero sintió su mano conectada con la de su amor, vio su sonrisa y luego escuchó su voz; de pronto el dolor en su pecho se había disipado.
Fin.
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Dulce Partida.
FanfictionChanyeol lleva más de una semana enojado con Baekhyun, debido a eso el más bajo ha decidido llevar a Chanyeol a la playa para darle una hermosa sorpresa.