Otro día que llego agotada a casa y mil tareas que hacer, mientras pienso por donde empezar me acuerdo de ti y entonces surge la respuesta. Me tumbo en mi cama, boca abajo mientras abro las piernas, en ese momento, mi cama es mi amante aunque esté pensando en ti, me sobra la ropa y acaricio mi pecho con una fuerza que no es mía sino tuya. Me encanta arquearme y cojerme del culo, me faltan manos, pero hago lo que puedo, mi mente caliente va más rápido que yo y cuando mi mano baja a donde debería estar tu glande, no me da tiempo ni a echarlo de menos. Una vez más fue un placer recordarte...