Son las 17:10 de la tarde del sábado, dentro de 20 minutos Emma pasara a recogerme para ir de compras.
Pasados los minutos puedo ior el timbre sonar.
-¡Ya voy yo mamaa!- grito mientras baja las escaleras.
Para mi sorpresa quien se encuentra detrás de esta puerta no es Emma, es mi mejor amigo Erik.
-Eriiik- anuncio mientras me lanzado sobre el-¿Que haces aquiii?
-Pasaba a verte y a ver si me podía quedar un rato.
-Es queeee Emma viene a por mi para ir al centro comercial.
-A bueno pues ya nos veremos- dice rascándose la nuca con la mano izquierda.
En parte me da pena por el también es mi mejor amigo pero el solo es porque sus sentimientos de quererme son diferentes a los mios, yo le quiero como un gran amigo, en cambio el...
-Bueno me voy- me da un gran abrazo y un beso cerca de la comisura de mis labios, no llego a darlo en estos porque yo me aparte un poco.
Desde que sabe que yo estoy al tanto de sus sentimiento hacia mi, se comporta de una forma diferente.
-Vale, adios- contesto sonriente.
Mientras el gira sobre sus propios talones puedo ver el coche de Emma detenerse en frente de mi casa, me despido de mi madre y me dirijo hacia el coche.
-Holaaa- me recibe.
-Holaaa- digo con el mismo entusiasmo.
-¿Que hacia Erik aquí?- pregunta mirandole como pone rumbo a donde el solo sabe.
-Habia venido a verme.
-Ahhhh, ya pensaba que te quería secuestrar de mi- insinúa.
Hago una mueca de desagrado.
Llevamos hora y media dentro del centro comercial, estoy empezando a cansarme y Emma todavía no ha comprado nada, se prueba miles de cosas pero no escoge ninguna.
-Mira aquel mono de alli- espero que le guste.
-Nose es algo...Nose.
-Pruebatelo, seguro que te queda pecioso- la animo a ver si nos vamos ya.
Entramos en Pull and Bear y buscamos su talla, al dar con ella vamos hasta los probadores, yo espero fuera, estoy viendo unos shorts por hacer algo, y al levantar mi vista esta se tiene que encontrar con la de la persona que menos quiero ver en estos momentos, Luck porque el no podía ser otra persona no, tenia que ser el, y para mi suerte se encuentra con Jake, el al verme se pone en marcha hacia mi y Luck le sigue.
-Jessi- Jake pronuncia mi nombre mientras alza su mano en gesto de saludo.
-Pequitaaas- le llamo así porque tiene pequitas y me encantan.
Nos damos un gran abrazo, mientras Luck tiene cara de pasota y niño chulo, odio cuando se comporta así.
-Hola- Luck hace un intento de saludarme pero sin mirarme.
Prefiero hacerme oídos sordos y no contestar, escucho a Emma llamarme desde los portadores, me despido de Jake, y voy en busca de Emma.
-¿Que tal me ves?- dice estilizando su figura.
-Te queda genial- esta guapisima, le sienta muy bien.
Al final opta por coger ese mono.
Antes de volver a casa nos comemos un helado.Son las 9:00 dentro de 30 minutos dará comienzo esa fiesta que me gustaría ir pero no ire porque Luck estará allí, ya que es el mejor amigo de Jake.
Estoy en mi casa viendo la TV cuando suena él timbre de mi casa, me encuentro sola, mi madre se ha ido con sus amigas.
Me decido por bajar y ver quien es, agarro el pomo de la puerta y me dispongo a abrir.
Al hacerlo me encuentro con unos ojos color miel que me vuelven loca, un pelo rubio bien peinado, una figura esbelta y trabajada.
-¿Jessi?- dice Luck sacándome de mis pensamientos.
-Ehhh...¿Que haces tu aquí?- pregunto cruzándome de brazos.
Sabe que no le quiero ver ni en pintura, que le odio a muerte y tiene los cojones de presentarse en mi casa.
-Veraaas....Jake me ha dicho que no ivas a ir a la fiesta porque iba a estar yo, y si esa es la única razón no pienso estropearse la noche...- se rasca la nuca al ver que no recibe ninguna respuesta- Asi que ponte algo y te llevo a la fiesta.
-No quiero ir- digo fría.
-Pues me veré obligado a obligarte- lo dice con una pequeña sonrisa.
Parece gilipollas.
-¿Y que piensas hacer imbécil?- pongo una mueca de burla.
Sin el mas mínimo aviso me agarra por la cintura y me sube encima de su hombro, yo le grito que me suelte e intento darle patadas en la tripa y puñetazos en la espalda pero es inútil parece de acero, siento que me tira encima del sofá y en ese momento descubro lo que piensa hacer, mi punto débil y que solo el conoces completamente, las cosquillas.
De repente esta haciendome cosquillas por toda mi tripa, intentó apartarlo pero se queda en eso en un intento, le maldigo entre risas, hasta que llega un momento en él que no puedo respirar mas y creo que me va a dar algo, el se da cuenta y para, consigo coger aire para respirar.
-Eres un cabrón, hijo de puta ¿sabes? sal ahora mismo de mi casa si no quieres acabar sin huevos- consigo gritar debajo de su cuerpo, ahora que me doy cuenta esta sentado encima de mi y su miembro esta sobre la zona mas delicada de mi cuerpo, empiezo a ponerme nerviosa.
-Saldré de tu casa pero contigo- pone una risa picantona...ahora mismo tengo ganas de matarle por lo gilipollas que es pero tampoco quiero que se levante.
-¡No iré contigo a ningún lado!- grito mirándole retadora.
Este se inclina y acerca sus labios a mi oreja, en ese momento mis pulsaciones aceleran sin control y mi cuerpo entero queda rijido bajo su tacto.
-¿Segura? -pregunta con un tono suave y delicado.
-Segurisimia- intento no parecer nerviosa.
Esta vez sus manos rodean mi cintura y sus labios van bajando hasta mi cuello. No pienso dejarme llevar, se acabo, no pienso volver a caer en sus encantos.
-Lo siento por como te trate...se que no estuvo bien, que te dolió...y se que no piensas perdonarme en la vida, porque te conozco, pero jamas de rendire- deja un delicado beso en mi mejilla.
Se me escapa un suave gemido, espero que no lo haya oído.
Puedo sentir su respiracion chocar contra mi cuello, es acelerada, eso me da certeza de que el también esta nervioso.
-Jamas te...te perdonare- consigo articular.
Mis ojos están a punto de desbordarse pero intento contenerme, cuando veo que empieza a girar su cabeza hasta quedar mirándome los ojos fijamente.
-Te quiero- dice muy cerca de mis labios.
En ese instante mi corazón casi se me sale del pecho, he escuchado bien, ha dicho que me quiere, la ultima vez que le escuche decirme eso fue hace casi un año.
El se va inclinando hasta quedar nuestros labios a un centímetro de distancia.