Blind Love→ Billcest.| Ciphercest

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La hora de la salida había llegado y Will sentía que su corazón se rompía en muchísimos pedazos, sabia que volvería al día siguiente, pero quería seguir teniendo la mano entrelazada con Bill y sentir que nada le importaba, ni su condición, ni sus problemas.

—Puedo quedarme junto a ti a esperar que te vengan a buscar, claro, s-si tu quieres— dijo Bill mirando a el pequeño, sabia que el no podía verlo, pero mirarlo sonreír a el era como ver la gloria, ver a el ángel mas bonito que podía haberse imaginado, ver una montaña de chocolate con balones a su alrededor, perfecto.

—um, estaria genial, pero ¿no te vendrán a buscar a ti?— murmuró Will haciendo puchero, no quería retrasar a el chico y que lo castigaran por su culpa.

—Oh no, ¡yo me voy sólo! Ya soy grande y, vivo cerca de aquí — dijo Bill sonriendo y conduciendo a el peliazul a uno de los bancos de la salida en donde casi nadie se sentaba.

—Um, está bien— dijo Will sonríendo, enmarcando sus adorables oyuelos. y Bill no se resistió, así que le dio un pequeño beso en uno de ellos, haciendo que Will se sonrojara como un tomate, adorable.

—Eres un tomatito— río Bill, haciendo que el mas pequeño hiciera puchero y comenzara a sorber su nariz. Iba a llorar. —No Will, ¡No llores!— lo miró preocupado el rubio, no le gustaba ver llorar al pequeño llorón, así que se le ocurrió una forma de callarlo, tomo su cara con sus dos manos y comenzó a dejar besos en donde las lágrimas dejaban rastro, haciendo reír al peliazul y  que sus mejillas tuvieran de nuevo ese color carmesí que a el tanto le gustaba ver en el pequeño, aunque no lo admitiría.

—¡ya llegó mi mamá! Ese es su claxon— murmuró triste el peliazul. Bill sin soltar la mano de el pequeño llorón, camino hasta el único auto que había en la salida, una mujer castaña se asomo desde la ventana y lo miro confusa, para luego dar una sonrisa y mirarlo amigablemente, Bill dirigió a Will hacia el auto y se despidió de el con un beso en la punta de la nariz.

Will sonreía mirando hacia la ventanilla cuando el auto arrancó, tocaba levemente su nariz aun sintiendo el tacto del mayor en su piel, le gustaba como le hacia sentir, tan bien, como si tuviera muchos transformers peleando en su estomago, se sentía extraño, pero lindo.

—¿Quien es el pequeño que te acompañaba cariño?— le pregunto su madre con una sonrisa, mirando a su pequeño como suspiraba y murmuraba bajito.

—mi nuevo amigo—.

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Will es cute, kdcrt.
-Color Azul.