En un lugarcito demasiado acogedor, vivimos mis padres y yo, Joseph. No tengo una historia como otros, en realidad soy un chico de 18 años más aburrido que un video de 7 horas de cómo crece el césped. En este pequeño lugar todos somos "personas normales", nunca hay rumores o novedades de algún vecino, en resumen, no hay nada interesante.
Tampoco somos sujetos antisociales o poco amigables, yo tengo una amiga desde la secundaria que realmente me hace feliz: Annie. Ella llegó al pequeño vecindario desde que ambos tenemos memoria, lo único que podemos recordar claramente es aquel verano del '69, cuando nos tocó juntos en la secundaria y fortalecimos nuestra amistad.
Annie es una chica normal, al igual que todos aquí. Estatura promedio, ojos café oscuro, cabello rizado abajo del hombro y risa que se escucha a dos cuadras de distancia. Recuerdo tan bien el día en que nos vimos en aquel salón de clases.
—¿Annie?, ¡hola!—la saludé sorpresivamente haciendo que se asustara un poco.
—Jos, no me asustes así, casi muero de un ataque cardíaco. —decía mientras se tocaba el pecho de manera un tanto exagerada.
—Vamos chica, no seas tan dramática, apenas y te hice saltar. —respondí con una sonrisa en mi rostro.
Annie se recogió un poco el cabello que le estorbaba en su cara debido a que lo llevaba suelto.
—Tonto, ya verás cuando te sorprendan a ti y ya veremos si soy dramática como dices. —imitó mi sonrisa, hubo un silencio breve y continuó: —es bueno que nos haya tocado juntos, por fin podré molestarte de lunes a viernes cuántas veces quiera.Solté una risilla leve y simplemente asentí con la cabeza. —No si yo te molesto primero— pensé.
—¿Nos sentamos atrás?—sugerí.
—Lo que diga, General Jos. —colocó una mano en su frente haciendo el gesto de un saludo militar, lo que hizo que ambos riéramos.
—Usted primero, soldado. —le cedí el paso caballerosamente y nos sentamos donde teníamos planeado.
—Oye Jos, ¿estás nervioso? Bueno, no conocemos a nadie más que a nosotros, no sabemos si los profesores sean buenos o tan siquiera tengan una pizca de amabilidad.—cuestionó.
—La verdad sí es un poco aterrador todo este asunto, pero vamos soldado, tienes que luchar para ganar la guerra.
—¡Sí, señor! —gritó tan fuerte que nos ganamos las miradas de todos y ella se moría de la vergüenza mientras yo quería reírme hasta dejar a mis pulmones sin oxígeno.—Bueno, ésta no es la escuela militar pero creo que nos llevaremos bien, alumnos. — de pronto, entró al salón el primer profesor del día e hizo que todos ocuparan sus lugares. Colocó sus cosas en su escritorio y escribió en la pizarra: "Señor Miller", luego continuó con su discurso de bienvenida:—Miren cuántos rostros asustados como perros abandonados, ¡Por favor, no me los tragaré! Sólo soy el profesor de Historia y estaré con ustedes durante este año, espero que nos llevemos bien tal y como les decía al iniciar la clase. Bien, sin más charlas tontas, necesito que hagan parejas, y por la palabra "pareja" entiendan que se refiere a dos personas, no existen parejas de tres, a eso se le llama "trío " y yo no quiero eso, al menos no en mi clase. —lo último nos hizo estallar de risa, el Señor Miller sacó unos papeles donde al parecer tenía nuestros nombres.— Empecemos con las parejas, normalmente yo las armo, pero hoy no, ustedes escojan a su compañero, ¡rápido, rápido!
Dicho eso, Annie y yo nos miramos en complicidad.
—Bueno, ya fue demasiado tiempo, espero que todos tengan pareja y si no, lo pondremos en un trío. Básicamente estarán con ese compañero todo el año por lo que les sugiero que se lleven bien, juntos trabajarán en un ensayo bastante largo sobre un hecho histórico que haya marcado sus vidas, otorgaré un premio al mejor trabajo, si se preguntan qué es, se los diré justo ahora para que la curiosidad no los mate. Es nada más y nada menos que una habitación de hotel con jacuzzi y televisión incluidos. —absolutamente todos dirigimos la mirada al Señor Miller quien veía una especie de tarjeta blanca—¡Oh no, lo siento! Eso es para mi aniversario de bodas. Lo que realmente tendrán será un reconocimiento en todo el Colegio y la oportunidad de visitar un lugar de fama histórica mundial, así que deben esforzarse demasiado, yo los apoyaré en sus dudas y les daré teoría, pero les advierto que no daré clases como el típico profesor lengua incontrolable, prácticamente ésta es su clase.—despegó los ojos de nosotros para mirar el reloj costoso que llevaba en su muñeca derecha—bien muchachos, el tiempo pasó volando, nos vemos mañana en esta misma prisión.
El Señor Miller guardó rápidamente sus cosas y salió del salón, de pronto,me metí en mis pensamientos: ¿Un hecho histórico que haya marcado mi vida? A pesar de ser estadounidense, el 11 de septiembre no me afectó –afortunadamente- como a otras personas, sí tenía el temor de que otro ataque fuera a pasar o que iniciara algún tipo de guerra en el país, además me sentía mal por las víctimas y sus familias, que te pase algo así no tiene nada de bueno. En realidad, no tenía un hecho histórico plasmado en mí, Dios mío Joseph, tu vida es tan aburrida.
—¿Jos?, ¡Tierra llamando a Joseph Army!—Annie me sacudió para lograr que reaccionara.
—Yo, ah, lo siento. ¿Decías algo?—contesté luego de volver al mundo.
—Decía que tengo algo que probablemente nos ayude para ganarnos esa habitación de hotel—me dirigió una mirada pícara.
—¿Ah, sí?—correspondí la mirada—¿y qué es?
—Tendrás que averiguarlo hoy en mi casa a las 7, te espero.
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Past
FanfictionA veces ella veía el álbum fotográfico de la familia, observaba cada mínimo detalle de las imágenes, las tocaba, las sentía. Aquel era el momento más tranquilo de su día, podía volver en el tiempo para recordar maravillosos sucesos en su vida. Y yo...