Última Nevada

¿Dónde estoy?... Veo todo blanco... se trata de nieve. A lo lejos escucho una voz sumamente adorable, al parecer está llamando a alguien... ¿será a mi? Lo dudo, no la conozco.

La voz sigue llamándome, o eso es lo que quiero creer, pero ya me aburrí, voy para allá, si me llamaba bien... si no... no importará, después de todo siempre he estado solo...

– Hola, – es lo que le digo, una muchacha de piel blanca, pelo largo y negro, junto con un vestido simple y puro como su alma – ¿quién eres?

– Te esperaba, hace mucho frío aquí, ¿no? – fue lo que la muchacha respondió con los pies sangrando por el frío.

– Oye, tus pies ¿no te duelen?

– Dime Primera, o si quieres Prima, ¿cómo te llamas?

– No tengo nombre, no lo necesito, no hablo con nadie, no conozco a nadie – eso fue lo que respondí a la muchacha que solo oía lo que quería.

– Te llamaré Zero, un gusto conocerte – de repente tenía nombre y una persona que conocía... fui feliz por ''primera'' vez.

Han pasado 13 días, le terminé pasando mis botitas de cuero para que calentara sus pies, ella se ve feliz, y por alguna razón yo también lo soy.

En medio de la noche Primera me despierta diciendo que quería un hogar, que construyéramos uno, pero no sé lo que es un hogar, siempre he vivido en la nieve, con mi ropa que quien sabe como la conseguí, pero pensándolo bien un hogar suena interesante.

Me duelen los pies, no sé por qué le pasé mis botas a Prima, hay veces en las que me gustaría pedírselas, pero nunca lo logro, como si me doliera quitárselos... por alguna razón la quiero proteger. Al amanecer Prima llega con chatarra, diciendo que con esto hará la casa. Yo suelto una pequeña sonrisa al hacer contacto visual con ella, seguido de un ''déjamelo a mí'' involuntario.

Ha pasado un mes desde que la encontré, y desde ese entonces ya somos más cercanos, vivimos en un hogar hecho de chatarra, nos contamos todo y nos cuidamos el uno al otro... ¿esto es a lo que se llama un amigo?

Se acerca una tormenta, pero Prima sigue con sus ideas e inventos, por lo que debo decirle que los deje por hoy sea como sea. Los vientos empiezan a soplar más y más fuertes, arrasando con toda la nieve a su paso. Abrazo a Prima por primera vez como un acto-reflejo para protegerla... se ve tan delicada.

– Oye Zero, ¿crees que habrá tormentas peores?

– No lo sé Primera – no tengo el valor de decirle Prima, como si fuera tan cercana, aunque así la siento.

– Crearé algo para protegernos.

Terminó la tormenta y le enseño a hacer muñecos de nieve, nunca había visto a Prima tan emocionada.

– Mira Prima, los muñecos tienen vida, y son tus mejores amigos.

– Pero Zero es el mejor amigo de Prima, ¿no? – en ese instante recordé, accidentalmente le dije Prima y me puse muy nervioso.

– S-si, Primera

– Ya lo dijiste, dime Prima, ¿está bien? – una sonrisa perfecta que hacía que me dieran ganas de abrazarla y nunca dejarla ir... era muy feliz.

3 meses desde que la tormenta había ocurrido, eso solo significaba algo... un huracán se acerca, informándole a Prima de esto, ella no parecía afectada, solo se dedicaba a jugar con los muñecos de nieve.

Hablé con Prima sobre el hogar, ya que este no aguantaría el huracán pero mientras le hablaba, una fuerte fiebre se apoderó de ella durante 2 semanas, y cada vez emporaba más.

A horas o incluso minutos antes del huracán me quedé a su lado en el hogar, sin preocuparme de la catástrofe que venía.

Prima con sus pocas fuerzas me relató una historia de dos individuos que eran ''súper amigos'' y continuamente se decían ''te amo''. Al finalizar la historia Prima me dijo:

– Disculpa, encontraré la forma de volvernos a encontrar, en todas mis vidas pasa lo mismo, yo me voy primero, por eso mi nombre... pero no te preocupes, yo te llamaré y tú sabrás que te llamo a ti... Te amo Zero, nos vemos...

Sin poder saber lo que era ''Te amo'' me puse a llorar, como si lo hubiera sabido de antes, me sentí mal, no pude ayudarla y la dejé ir... miro por la ventana y veo mi última nevada...

Fin

By: Tobicus [Tó-bi-cus]