Nikê:
Nikê rió al ver a Mangel caerse por intentar buscar un pokemon del nuevo estúpido juego Pokemon Go. Se había parado arriba del sillón para después caer de en el suelo, asustando a Wilson y Raspberry.
"No creo que un pokemon valga la pena para caerse." Soltó una carcajada al recordar la caída de Mangel.
"Si bueno, para mi lo es-"Mangel fue interrumpido por la puerta azotarse y los dos vieron con los ojos abiertos a Rubén entrar con una chica rubia, desesperadamente besandola mientras le quitaba la ropa.
Nikê sentía su corazón partirse en dos, literalmente. Mientras Mangel veía con sorpresa a Rubén.
La chica rubia abrió los ojos y se separó de Rubén rápidamente. "¿Qué?" Rubén pregunto y volteó a ver a su mejor amigo sorprendido y a una desconocida.
Nikê trato de no soltar un llanto mientras su vista se nublaba de lágrimas. No lo podía creer. Sabía que Rubén jugaba con las chicas, por los audios que había mandado, pero pensó que había acabado con esto. Estaba decepcionada.
Se paró, agarró su maleta y con una última palabra se fue.
Mangel maldijo al verla irse, para después mirar mal a Rubén.
Rubén:
Rubén miro confundido a Mangel mientras la rubia se quedaba confundida.
"¿Quién era esa?" Preguntó Rubén, obviamente confundido con la presencia de la chica.
"Si serás pendejo, esa era Nikê. Por tus tonterías y puterias acabas de arruinar la sorpresa." Bufo Mangel.
Rubén tardó en procesar las palabras de Mangel. Nikê, esa no era Nikê. Nikê se veía diferente, ella no era Nikê.
"Esa no es Nikê."
Después de mandar a casa a la rubia y una hora platicando sobre Nikê Rubén quedó sorprendido y sin palabras. Mangel le había enseñado toda la conversación. Estaba herido, si, porque le mintió sobre su identidad, pero nada se comparaba a lo que él había hecho, enfrente de ella.
"Pensé que había dejado de jugar." Suspiro Mangel, decepcionado de su amigo.
"Lo había hecho, pero... no sé." Se sentía miserable Rubén.
"La he cagado." Dijo y miró a su celular, pensando en llamar a Nikê.
"Si y mucho."
