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Ruben y Miguel eran dos amigos que se conocieron un día en un campamento de verano el cual duraba más de cuatro meses; los dos tenían las edades entre 14 y 15 años, una etapa en donde las hormonas brotaban por los poros. Era el último día de aquel campamento cuando de noche se podría apreciar el anochecer tan brillante que acompañaba la luna y las estrellas. El castaño se detuvo en un tronco a observar aquel paisaje mientras que el pelinegro se posaba a su lado.

-Qué linda esta la noche, esta para pasarse horas y horas mirando estas vistas- dijo el castaño admirando todo con detenimiento.

-Si tío, esta hermoso- le contesto el pelinegro.

-A veces me pregunto como sería tener un primer beso y más debajo de esta hermosa escena- espetó Ruben tratando de buscar los ojos de aquel chico cual miraba sin apartar su vista aquel horizonte.

-Sería asombroso, pero no tenemos chicas a las cuales gustar- dijo Miguel volteando a ver a su amigo el cual lo miraba tan fijamente.

-Pero no necesariamente deben ser tías ¿sabes?- articuló el chico que seguía con la mirada fija en su amigo.

Los dos se quedaron mirando unos segundos mientras cada uno observaba tal expresión en sus caras, el contorno de cada una, detallando cada facción de las mismas, hasta que el pelinegro se dispuso a emitir una palabra.

-Te refieres a nosotros... ¿dos?- decía mientras miraba minuciosamente la boca de su amigo.

-Sólo sería experimentar Mangel, probar de que estamos hechos; además estamos en esa etapa: de descubrir quienes somos y qué somos- decía mientras observaba aún la mirada de su compañero.

-Sólo será un beso, una prueba no más- decía Miguel mientras se acercaba aún más a Rubén.

-Sólo eso, luego actuaremos como si nada hubiera pasado... ¿quieres?- articuló el castaño la última palabra como si fue un susurro.

Miguel no espetó frase alguna, se dedicó a acercarse aún más al chico y a tomar su cara entre sus manos, con un movimiento suave, Ruben, colocó sus manos alrededor de su cuello y estaban tan cerca que sus respiraciones chocaban, Miguel dejó esos pequeños centímetros que los separaban uniendo sus labios contra los de su compañero en un pequeño y suave beso, era sólo un roce de labios los cuáles los dos parecían disfrutar ya que pronto, los dos, mostraran una mínima sonrisa entre ese dulce beso el cual, empezó a alargarse un poco más. Rubén dio paso a algo más profundo, abrió poco a poco su boca para que Miguel se adentrará junto a su lengua; el beso se tornó un poco más salvaje, era una pequeña sensación de lengua contra lengua, saboreándose cada uno como si fueran un caramelo. Sus manos fueron jugando entre ellas, las del castaño subieron hacia el cabello y empezó a jugar con él, mientras que las del pelinegro bajaron a su cintura y se quedaron ahí, tratando de hacer caricias encima de su ropa. Este tan pequeño y suave beso comenzó a verse más salvaje y prolongado al cual los dos no parecía importarles ya que se veía que lo disfrutaban; luego de un buen rato, Miguel, abrió los ojos de a poco y reaccionó ante tal acto, se estaba besando con un chico al cual conocía de unos días; trato de separarse un poco pero el castaño se lo impedía. El pelinegro decidió parar con el beso y luego de unos segundos le dijo a su amigo.

-Sólo era un beso, no más de ahí ¿recuerdas?-

-Sí, lo sé, pero parecía que te estaba gustando- dijo el castaño bajando su mirada mientras que el pelinegro se le tornaban sus mejillas a un tono rojo claro. Los dos se miraron por un momento a los ojos y el castaño dijo.

-Seguiremos siendo amigos después de esto ¿no?-

-¡Claro!, solo fue un beso en plan experimento, no sentimos nada, sólo fue eso, un beso sin más- decía con un tono un tanto nervioso.

-Si, si, eso, jeje- dijo el castaño rascándose la nuca y con un tono incómodo.

-Bueno deberíamos irnos a nuestra cabaña- espetó Miguel en una seña de levantarse de aquel tronco.

-Espera- señalo el castaño impidiendo que su amigo se levantara -Quedemonos unos minutos más, apreciando esta hermosa vista... ¿sí?- decía con un tono de esperanza de que su compañero aceptará.

-Esta bien, solo un rato más- decía mientras mostraba una hermosa sonrisa.

Ruben se acomodó en su hombro y Miguel no impidió tal acto, parecía gustarle más bien. Los dos se quedaron minutos apreciando aquel paisaje, sólo mirando, escuchando sus respiraciones y aquel choque de agua contra la orilla.

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Este es el primer capítulo de la fic y creo que me esta gustando como va jeje

Va dedicado a @firstmelo ((mariana<3)) en tw.

Voy a tratar de subir seguido, vale? :)

Faded ; rubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora