¿Qué pasó ayer?

1.Dolores de cabeza y confusiones.

1. Dolores de cabeza y confusiones.

Me desperté con un tremendo dolor de cabeza.  

Abrí mis ojos y me enfoqué en mirar a mi alrededor, ya que, no podía mover el resto de mi cuerpo. Estaba en una gran habitación con las paredes pintadas de morado y blanco, con estrellas en el techo, con un estilo vintage. 

Mis ojos se pusieron como platos cuando miré quienes estaban a mi alrededor y me atraganté cuando estaba a punto de gritar. A lado mío estaba una chica de pelo negro rizado y tez morena, va a casi todas mis clases y siempre es una alborotadora que irradia energía, literalmente, no para de moverse, con que sería imposible no reconocerla, Willhemina Lewis estaba dormida con la boca abierta, como si desease que se le cayese agua. El conocido "mujeriego" y problemático de Nate Mccall, pelo castaño y ojos azules oscuros, lo conozco por los chismes que rondan por ahí de él y también va a mi clase de literatura, educación física y filosofía, estaba dormido encima de mis piernas y las de Willhemina, encogido como si fuese un inocente.  

Después de Willhemina, estaba dormido como si fuese un ángel un chico pelirrojo, de tez blanca y unas adorables pecas, no sabía quién era, quizá lo haya visto por los pasillos, al lado suyo estaba el gran Cameron Duckey, presidente del consejo estudiantil del instituto, un chico pelinegro que sigue las reglas y encima suyo estaba la italiana Annabeth Redorito, conocida como la sádica o adicta a las películas de terror. Y finalmente al lado mío estaba lo más inesperado, la porrista Sierra Simon Mccaquibenn, con su pelo rubio tapándole la cara tenía una pierna rodeada a mi alrededor, dándole justo en la cara a Nate. 

Willhemina seguía moviéndose, tanto que estiró su pierna izquierda soltándose de Nate para empujarla hacia Annabeth, esta se cae al suelo con Cameron encima. 

¿Se despertaron? No. ¿Seguían roncando? Claro que sí. 

Intenté zafarme de la pierna de Sierra. Lo conseguí. 

Intento sacar mis piernas de la cabeza de Nate y no lo consigo. No tenía remedio, lo empuje al suelo. 

— ¡Ay! — dice adolorido, será por el dolor de su cabeza. — Eso ha dolido—. dice levantándose al mismo tiempo que yo— un momento... ¿Qué hago en el cuarto de Sierra? 

— ¿Cómo lo has...— iba a preguntarle cómo lo sabía, pero había un montón de fotos de Sierra. Idiota, no te diste cuenta. — Lo mismo me pregunto. 

Camino hacia el espejo que se encuentra en el cuarto y grito al ver mi aspecto, nunca me vi peor y eso era decir demasiado. Mi pelo se encontraba como los looks de gallo y enmarañado, el maquillaje destrozado, el labial corrido, apesto a alcohol y de marihuana, llevaba celo en mis tobillos y para terminar un sujetador sujeto en mi cuello. 

— No estás tan mal comparada conmigo, Jackson. — dice alado Cameron recién despierto, vaya, mi grito lo despertó y su dulce caída parece que no. 

Le miro, e inmediatamente me olvido completamente de mi aspecto y me echo una gran carcajada. 

— ¿Tú? ¿Eres Cameron? ¿El presidente del consejo estudiantil? — le pregunto mientras mi risa se va calmando. En vez de llevar su típico atuendo de hombre formal, llevaba puesto los pantalones que dejaban a la vista los calzoncillos, el típico pelo ordenado que antes llevaba ya no estaba, ahora era un pelo desordenado, como si se hubiera electrizado, y ni hablar de sus ojos delineados y sus labios rojos. 

— Me reiría si no me está explotando la cabeza. — dice Nate, el al menos seguía igual, solo llevaba una braga encima de su cabeza. — ¿Alguno se acuerda de que es lo que hacemos aquí? 

— No, solo me acuerdo de cuando llegué a la casa de Sierra a rastras y luego nada— digo yo confusa, ayer Shelby me dijo que quería ver al chico que le gusta— que no me quiere decir quien— en la fiesta para así hablar con él, y me había obligado a ir con ella.