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Érase una vez un sah de Irán Bahram,famoso en el mundo entero por su coraje.Pero en sus momentos de ocio su aficción era la caza.

Bahram tenía una joven esclava llamada Fitna que lo acompañaba en todas sus cacerías y sabía montar tan bien como su amo. Solían galopar juntos durante horas,buscando asnos salvajes y otras presas.

Un día salieron de caza y se adentraron en el desierto,donde las presas eras escasas los hombres del sah se habian desplegado para formar una red humana que empujara a las bestias hacia él.

Bahram y Fitna cabalgaban juntos,conversando, hasta que el sah diviso un asno salvaje. Soltó un grito,espoleo su montura y persiguió al animal,apuntándole al corazón con una flecha. El asno cayo de rodillas y se rindió.

Al ver que Fitna lo observaba en silencio sin ningun rastro de asombro en su rostro tan delicado,Bahram dijo así.

-¿No has visto que buena punteria? De nuevo tengo una bestia a mi pies sin necesidad de esfuerzo,¿Cómo matare a esta?

Fitna sonrió,pues sabía lo mucho que le gustaba al sah que lo pusieran a prueba.
-Se me ocurre una buena manera de acabar con esa -contesto-¿Por qué no le clavas la pata a la cabeza sah?-Bahram reflexiono unos instantes hasta que ideo la forma de hacerlo. Coloco una bala de metal en su honda y el disparo a la oreja del asno. Al recibir el golpe,la bestia se llevó una pata a la cabeza para mitigar el dolor,muriendo de esa manera.

Sumamente complacido se volvió hacia Fitna esperando sus elogios. Sin embargo,ella se limito a decir impertérrita "•Tienes mucha practica cazando señor. Has hecho esto tantas veces que ahora te resulta sencillo.

-El sah sintió como un árbol golpeado por un hacha. Estaba rodeado de cortesanos que lo aclamaban y colmaban con elogios de lisonjas con solo respirar. ¿Cómo osaba aquella esclava mostrarse insolente?Consciente de que no sería correcto golpearla,se abstuvo de hacerlo,pero en secreto llamo a un veterano oficial de pelo cano a su presencia y le dio la orden.

-Esa mujer ha perturbado la paz real -declaro-Mátala antes de que lo haga yo mismo. -Ordeno,con un tono seco y frio con el orgullo herido.

El oficial monto a Fitna a su caballo y se fue a galope hasta una ciudad lejana,donde poseía un palacio con una alta torre. Con sesenta escalones.
Cuando llegaron,subió a Fitna los sesenta escalones que conducían a lo alto de su torre , donde pensaba cumplir la orden del sah. Pero,antes de que pudiera empuñar su arma, ella lo detuvo con estas palabras.

FITNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora