Min Yoongi es un híbrido gato muy perezoso, uno que sólo vive para comer, dormir y recibir cariños de su amo que es igual de frío que él. Su vida gatuna ha sido un gran paraíso...sólo que habrán cambios en la vida de su dueño que lo afectarán a él...
—¿Entonces tú también andabas en un bosque? — Pregunté, parecía que la mayoría de los híbridos salían de los bosques como hadas o ninfas, lo que sea.
—Así es, tuve suerte de que mi compañero el fotógrafo andaba por ahí tomando fotos del paisaje — parecía realmente feliz, ¿acaso fui el único que tuvo una mala experiencia?
Volteé a ver a Jimin para ver qué cara tenía ante tal historia, pero no había nadie.
—¿Y Jimin? — Volteé a ver a todos lados buscándolo, no estaba.
—Aquí estaba hace unos minutos — me dijo el gato ese, fruncí el ceño.
—Si no regreso con él a casa me matarán — rodé los ojos — ayúdame a buscarlo
—Claro...espera, yo debía buscar a alguien también — se acordó de repente, negué con la cabeza.
—¿No te llamarás Dory de casualidad?
—No, me llamo Taehyung — dijo orgullosamente, en serio que no era muy listo.
—¿A quién buscas? — Para ese momento ya estábamos caminando, iba forzando la vista para ver si veía a Jimin por ahí.
—Pues a Jungkook — respondió como si fuera la cosa más obvia del mundo, me di un golpe en la cara con mi palma.
No sé, creo que empezaba a odiar más a este chico gato que a Jimin.
—¿Y qué es ese Jungkook? ¿Un perro o gato?
—Un híbrido hámster — parpadeé.
—¡¿Eso existe?! — Aquello no lo vi venir, es decir, creí que sólo habían dos tipos de híbridos.
—Claro, aunque sólo he visto uno, que es él, pero los hay — ambos íbamos por ahí caminando.
—Dios, espera a que Kyungsoo se entere de esto, se sorprenderá como yo — ya me estaba imaginando su rostro.
—Se salió de su jaula en un descuido, verás, él no puede transformarse en humano desde hace tiempo, por eso estamos preocupados y ahora se ha escapado — al fin explicaba algo bien.
—¿No te lo has querido comer? — Tenía curiosidad por eso.
—¿Comer? ¡Ni que fuera un caníbal! Es de mi misma especie y — justo cuando estaba diciendo eso alguien le dio un golpe en la cabeza, me espanté por tal cosa.
—¡Taehyung, te dije que no te fueras lejos de nosotros! ¡Casi me matas del susto, mocoso! — Miré a quien estaba profiriendo tales gritos de madre histérica.
Para mi sorpresa era un chico, uno muy bonito por cierto, pero no tanto como yo, que usaba lentes redondos y su cabello era negro, sólo que tenía un brillo que no me pareció natural. A nosotros se nos unió un chico bastante alto de grandes orejas y cabello rojizo, casi como el de Jimin, por poco me voy de espaldas al ver cuánto me sacaba de estatura.
—Ay, perdón má — había dicho Taehyung sobándose la cabeza.
— ¡No me digas má! No soy tu mamá — se quejó el chico dándole otro golpe, luego de que hizo un puchero me miró a mí — Ah, hiciste un amigo — me sonrió de repente — Hola, soy Byun Baekhyun la madre de Taehyung, por favor cuida de nuestro hijo — dicho eso él y el grandote hicieron una venia, parecía que me estaban entregando a su hija en matrimonio.
—Por favor, se amable, soy inexperta — me dijo con voz dulce simulando ser una colegiala virgen.
—Yo me largo — me di la vuelta, estos estaban locos de remate, lo mejor en casos así era correr.
Dashi run run run, no suga obseo.
—¡Espera! — Gritaron los tres detrás de mí, me terminaron jalando de vuelta.
—Perdona a estos dos tontos, están algo chiflados y a veces se me contagia — habló el alto con una sonrisa de duende y voz gruesa, tremendo vozarrón — Soy Park Chanyeol
—Y yo Byun Baekhyun — interrumpió de repente el pelinegro.
—Y juntos somos, ¡tus padrinos mágicos! — dijeron al mismo tiempo.
Obviamente terminé dándoles un arañazo a los dos.
—Déjense de bromas, por favor, hay dos híbridos perdidos, podría pasarles algo malo, ¿acaso soy el único que se toma en serio esto? — Suspiré molesto, no preocupado, porque si perdía a Jimin me harían picadillo de gato en casa.
—Ay, yo quería ser Poof — murmuró Taehyung a mi lado, le di una mirada asesina.
—Cierto, perdona chico gato, pero como verás no somos una familia muy normal — había dicho Baekhyun — En fin, vamos a recorrer el centro comercial juntos, seguro los encontramos
Dio el primer paso todo emocionado, como si estuviera yendo a una gran aventura, sólo que...
—Ya vine, Yoongi y mira — Jimin estaba justo enfrente de todos nosotros y nos estaba mostrando a un pequeño hámster que parecía asustado entre sus manos — Creo que es híbrido
Miré como Chanyeol iba a darle ánimos a su pareja ya que se había quedado congelado a medio paso, al parecer interrumpieron su gran plan. No sabía si sonreír o cagarme de la risa.
—Me costó atraparlo, pero parecía algo perdido — me dijo mostrándomelo, como sólo lo miré con una mueca de asco él alzó una ceja — ¿No te lo quieres comer?
—¿Yo por qué querría comerme una rata asquerosa como esa? — Pregunté indignado.
—Hace rato me preguntaste si yo quería comérmelo — comentó Taehyung.
Los tres incluidos la rata me miraron.
—Obviamente no lo decía en serio — solté una risa nerviosa, entonces cambié de tema — ¿Dijiste que Jungkook no puede hacerse humano?
—Así es, ¿crees que tu compañero podrá ayudarnos? — Dicho eso se acercaron los dos humanos con interés.
—Supongo — me encogí de hombros.
—¿Tu compañero es veterinario? — Preguntó Baekhyun ya recuperado del todo.
—Yup — me encogí de hombros.
—Entonces vamos de una vez, debemos hacer que Kookie regrese a la normalidad — levantó la mano hacia el cielo, creo que el pelinegro tenía complejo de anime, ya saben, hace esas expresiones de un personaje de anime.
—Es algo excéntrico, lo sé, creo que es porque es escritor, pero así me gusta — me susurró al oído Chanyeol, me asustó que hiciera eso.
No pude conmoverme por su amor porque cuando vine a ver los tres, incluido Taehyung estaban en hilera y abrazados de costado como si fueran los héroes de la película y lanzaban grandes risas raras, un gran: Ja-Ja, muy marcado.
— ¿En qué rayos nos metimos? — Pregunté mirando al cielo, necesitaba ayuda, para mi sorpresa vi como hacía la misma expresión con sus manitas al cielo el hámster que Jimin aún tenía en las manos.
—Creo que él es normal — había dicho Jimin — Parecen buenas personas — me regaló una gran sonrisa y terminé suspirando.
—Anda, hay que ayudarlos — así ambos nos movimos para ir con los tres chiflados.
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