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Apenas sintió los gritos metió de un tirón sus lapices y cuadernos al interior de su mochila, las llaves se encontraban en el piso de su habitación, que después de buscar por 5 minutos encontró, fueron agitadas para abrir y volver a cerrar la puerta de su departamento. En la entrada su bicicleta y un viaje de media hora lo esperaban para partir a aquel café.

A las 5 de la tarde comenzaba la única clase que tenía los días miercoles, recién era medio día cuando estaba empujando la puerta de cristal que anunciaba un nuevo cliente con el sonar de una campana.

—Buenas tardes Minseok. —Saludo al chico que se encontraba detrás de la caja registradora.

—Buenas Junmyeon, ¿Lo mismo de siempre? —asintió con una sonrisa y se retiro a recibir el café mas grande que aquel local ofrecía.

Al tener su pedido en la mano se dirigió a la mesa de siempre, la que estaba escondida en la esquina del lugar, casi nadie se sentaba ahí y lo agradecía, por que todos los días se veía obligado asistir al local.

Estaba en último año de universidad, en su departamento no se podía concentrar, la familia extranjera que vivía al lado gritaba todo el día en un idioma que no podía reconocer, hablar con ellos fue una total perdida de tiempo, no le entendieron ni el saludo. El día que la rueda de su bicicleta se pincho y tuvo que caminar a su lugar de estudio descubrió ese lugar que solo quedaba a 3 minutos de su universidad.

Saco todos sus apuntes y formulas matemáticas, su sueño era ser el mejor profesor de Corea, estudiaba todos los días arduamente para aquello.



"No puedo dormir, mañana es el examen y juro que si me califican con una mala nota quemaré este edificio con mis vecinos dentro"

Jongdae solo se limito a mandar caras riendo, eran las 4 de la mañana y sus vecinos, en un día lunes decidieron hacer fiesta, dejo su teléfono en el velador e intento dormir.

Su móvil volvió a sonar, era el chat de Jongdae.

"Te dije que durmieras en mi casa, en mi cama..."

"Estúpido"

Sus vecinos no hacían ruido, probablemente porque dormían plácidamente después de que su fiesta finalizó a las 8 de la mañana, antes de salir de su departamento dejo el volumen del reproductor de música en su máxima potencia; sus ojeras evidenciaban que no durmió en toda la noche, el café caliente que bajaba por su garganta no fue suficiente para despertarlo completamente.

Cabeceaba mientras estudiaba, y lo que más odiaba en el mundo, después de claro, sus vecinos, era luchar contra el sueño, solo bastaron unos segundos para que el café estuviera repartido por toda la mesa, su día no podía ir peor.

—Llevo medía hora viendo, yo te ayudo, siento si me escuchaste reír, lo del café se veía venir. —El mesero del lugar se acerco con un trapero y comenzó a limpiar. —Minseok tiene una estufa en los vestidores, de seguro te deja secar los pocos papeles que se han salvado.

—No te escuche reír. —se paro de aquel asiento, tomo todos los papeles empapados y los echo al bote de la basura, después de todo quedaban solo 10 minutos para rendir el examen.



Se encontraba con el computador portátil, sus rodillas chocaban por el nerviosismo, en 5 minutos más el profesor subiría su nota, estaba seguro que sería la peor nota que sacaría en su vida.

One more cup of coffee || SeHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora