Al Diablo con el amor.

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Para todos aquellos que leyeron "Sin Saberlo" esto fue lo que pasó durante el mes siguiente al recuperar el oeste.

  — indica tiempo actual.-

indica el pasado. - 

Una linda tarde en el sengoku, Higurashi Kagome disfrutaba de la fresca brisa del aire.

Después de su declaración de amor por el albino todo había sido "color de rosa" para ella porque aunque el Lord no fuera de muchas palabras él le expresaba su amor de diferente manera.

Como aquella vez que dio su primer beso humano al Lord.

Caminaban por los jardines del amplio palacio, ella platicaba y él escuchaba, (nada nuevo) disfrutando de la compañía el uno del otro. La mujer de la nada se quedó callada y no dijo nada, cosa que para el demonio fue extraño, luego la miró pararse escuchándola suspirar.

¿Qué tienes, mujer? -inquirió sereno.

Que romántico, tu y yo en nuestro primer atardecer. -Suspiro con adoración.

Ante esto el demonio no dijo nada, esa mujer si que era extraña. No entendía como es que algo tan simple como un atardecer le llamará tanto la atención.

— ¡Vamos Sessh, no seas aburrido! -chillo ella.

Hump. -eso y una mirada de  desaprobación ante aquel calificativo que había usado para él.

— Sessh. -susurró de manera tierna su nombre.

El demonio la miró divertido. 

 Sessh ¿Me amas? -interrogó espontáneamente al demonio. 

— Creo que eso ya lo sabes. -respondió con sencillez. 

Ella se sonrojó al saberse descubierta. 

— Yo te amo, te amo mucho Sesshomaru. -Ella lo miraba enamorada. 

 Kagome...-fue lo único que pudo decir porque había sido callado por la mujer que tenía entre sus brazos—. ¿Qué fue eso? -preguntó un poco extrañado. 

 Eso se llama beso, ¿Los Yokai no se dan besos? -ella estaba algo avergonzada de haber hecho algo indebido. 

 — Los yokai besamos de diferente manera a lo que acabas de hacer. —ella sonrió—. Aunque debo admitir que me ha gustado ese beso ¿habrá más de ellos? -preguntó con algo de diversion. 

 Si te  portas bien habrá muchos más. -Ella sonrió aun más. 

 Entonces seré afortunado. -él sonrió para ella.  

  ¿Como besan los yokai? -inquirió curiosa.

El no contestó solo se inclinó y lambió su mejilla haciendo reír a la chica y lo repitió una vez más para después tomarla en sus brazos como la princesa que era y la besó así como ella le había mostrado minutos antes. 

Lo que parecía ser un tierno beso se convirtió en uno fiero cargado de pasión, tanto que las ropas que llevaban raspaban en su piel, el Inu decidió cortar el beso en ese instante o haría algo que no quería hacer en ese momento. 

Primero recuperaría el orden del oeste y después le pediría que se uniera a él. 

Si eso haría, y aunque estaba seguro de cual sería la respuesta de la chica decidió esperar hasta la paz reinara en sus tierras. 

La noche había caído y junto con ella el manto de estrellas haciendo compañía a la luna que estaba menguando, hace un año que había regresado al sengoku y era completamente feliz al lado de aquel yokai de pocas palabras.

Se puso de pie y comenzó a caminar hacia su alcoba para darle la buena nueva al albino, ya no aguantaba por ver la reacción de su esposo al saber que sería padre de dos yokai puros. 

Después de esperar tanto por que le dijera que la amaba se había dado cuenta de que no era tan necesario entonces decidió mandar al diablo el amor, y confiar en sus instintos. 

Lo importante era su felicidad. 

Fin. 

¡Juejuejue! No se ustedes pero yo quedé satisfecha con esta corta historia, porque en verdad es corta

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¡Juejuejue! No se ustedes pero yo quedé satisfecha con esta corta historia, porque en verdad es corta. xD

Espero que les agrade y comenten para saber que tal. 

Los quiere RT. 

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