Era mi cumpleaños número 5. Estaba muy emocionada, ya que invité a todas mis amigas.
Me vestí con unos jeans, una sudadera y unos tenis.
—Eso no es apropiado. —dijo mi padre. Así que me puse un vestido y zapatos formales.
Cuando llegaron todos los invitados, yo estaba en mi habitación con mi madre peinándome.
Salí al patio, —donde era la fiesta —saludé primero a mis familiares y luego me fui con mis amigas.
—¡Qué hermoso vestido traes! —me comentó una.
—Muchas gracias. —respondí.
—¿Qué te regalaron? —me preguntó otra.
—Aun nada. —respondí decepcionada —Pero quiero un skateboard... Más conocido como "patineta".
Las chicas se me quedaron viendo extraño, como si hubiera dicho la más grande de las groserías.
—Si yo fuera tú, —me comentaba una —pediría una cocinita con sonidos reales.
—Pero yo no quiero eso. —resongando, me fui de ahí.
Después de la fiesta, mis padres me entregaron mi regalo... Lamentablemente no era lo que esperaba.
Me regalaron la cocina con sonidos reales de la que tanto hablaban mis amigas. Obviamente yo quedé destrozada por no obtener lo que quería el día de mi cumpleaños. Desde ahí me di cuenta que algo malo pasaba con todos los que conocía.
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My Skateboard, My Rules #BigWinners
Adventure-¿Quién diría que las chicas también andan en skate? -¿A qué viene ese comentario? Nosotras podemos hacer lo mismo que ustedes si se nos da la gana. ⚠ Contiene machismo y feminismo. ⚠