Un día cualquiera.

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Es un lunes, otro jodido lunes. Los odio. Me levanto, tengo un aspecto terrible, me pongo delante del espejo y elimino los restos que quedan de maquillaje en mi cara. Me dirijo hacia la bañera, esta será la ducha más rápida que me dé, tengo diez minutos antes de que venga Sergio a recojerme, termino de asearme y me visto. Suena el timbre, es él. Fugazmente me deslizo hasta la puerta, cojo la chaqueta de cuero del colgador, abro la puerta, y bajo corriendo las escaleras. Allí esta él, sobre la moto, mirandome con esa sonrísa de pícaro que sabe que volvería loca a cualquier chica, me muestro fría, cuando le voy a dar un beso en la mejilla me para, me mira de arriba a abajo y me dice:

-Eh, ¿no me vas a saludar como es debido?

Este chico acabará conmigo. No digo nada, le miro y hago una mueca mientrás me subo a su moto, acto seguído sube él, enciende la moto, cuando se gira para ver como estoy sonríe yo le planto un beso y añado:

-Buenos días idiota!

Cinco minutos después estamos pasando por casa de Julia, y la veo salir por la puerta, es un instante en el que me da tiempo de sonreír a J y alzar la mirada a modo de saludo.

Estamos en el aparcamiento del instituto, me dirijo hacia Julia, hoy esta más guapa que nunca, lleva un vestido floreado precioso, su chaqueta de cuero marrón -todas las chicas de la pandilla llevamos una, es nuestro distintivo- y unas botas que le regalé para su cumpleaños, se ha planchado el pelo, y lleva los ojos pintados. Hoy ha quedado con Marcos, así que a partir de la tercera hora estaré sola.  Me giro, allí esta Pablo, el chico más odioso del instituto, se acerca a J y con una sonrísa le díce:

- ¿Has quedado con Marcos? Sabrás que no es ni la mitad que yo.

En ese momento no puedo evitar reírme a carcajadas y decir: -Tiene razón Julia, Marcos no es ni la mitad de estúpido que él. Decido irme, ese chico me resulta de lo más irritante, pero antes de hacerlo alcanzo a oir a Julia diciendo:

-Mira por ahí viene Marcos, ¿quieres que te patee el culo por verte con su chica? ¿no? Pues adiós bicho.

No digo nada, pero en el fondo pienso: "Si señor, esa es mi chica". Suena el timbre, entro a clase, y me siento al lado de Julia.

Time of our lives.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora