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Punto de vista de Elizabeth

Son las 7:00 a.m ya y me estoy preparando para ir a la escuela. Dios, que aburrido es estar así cada día de tu vida. Pero en fin, todos se terminan acostumbrando.

—¡Apúrate Elizabeth! Se te hace tarde para ir y ya no te van a perdonar otro atraso.— se quejó mi madre. Siempre interrumpe mis pensamientos en las mañanas de esa forma, bueno, en realidad siempre.
—Ya voy ma. —Dije con un tono cansado y sin interés.

Tomé mi mochila y bajé a la cocina a buscar mi colación. Mi mamá estaba muy apurada, y no me dejaba realizar ninguna acción sin repetirme lo mismo; "apúrate".
Al fin salimos y me subí al auto. Nunca había tema de conversación con mi mamá, pues siempre está ocupada hablando con sus amigas, haciéndose tratamientos faciales, hablando con sus citas, en fin. Ella no trabajaba y quién sabe de dónde sacaba el dinero para mantenernos. La verdad eso no me importaba.
Pasaron 20 minutos y ya estábamos en la escuela y me bajé del coche.

—Adiós mamá.— dije sin recibir respuesta.

Caminé por los pasillos y llegué a mi casillero. Saqué los libros de matemáticas, que tortura. Son las primeras 3 horas del día. Entre a mi salón y todos ahí sentados con sus celulares. Ya nadie se toma el tiempo de entablar una conversación sin sacar el maldito celular. A veces me gustaría haber nacido en la época antigua, donde no existían estos aparatos y todo era más real.

—Hola amargada, ¿por qué tienes cara molesta? —dijo Ariel, mi mejor amiga.
—Porque, que fastidio empezar así el día.
—Qué, no pudiste hablar con Austin en la mañana?
Austin es un chico de 16 años, que me atrae un montón. Pero todos me dicen que el prefiere a Ariel, así que no me molesto en cambiar las cosas.

—Sabes lo que dicen todos, tú le gustas a el, no yo. ¿Para qué esforzarme?— dije sin esperanza
—Pues podrías cambiar eso.

Ariel era muy distinta a mi, quizás por eso somos tan compatibles como para ser mejores amigas. Ella ha tenido un millón de novios, pretendientes, de todo. Todos aquí la conocen, y yo, yo soy todo lo contrario. Nunca he tenido un novio. Nunca se me han declarado, así que lo único que hacía yo era enamorarme en secreto de los chicos, porque sabía que ninguno se fijaría en mi de todas formas.

—Buenos días clase, saquen hojas y lapiz, hoy hay control sorpresa. —dijo la profesora entrando al salón.
—Bien, esto no podría ser más aburrido.— pensé y rogué al cielo para que esta clase terminara rápido.

Punto de vista de Ariel

Siento que Elizabeth llegó más rara de lo normal, quizás está en sus días, o tal vez se anda cuestionando la vida como siempre. A veces me harta porque siento que no tengo tiempo para escuchar sus dudas existenciales o sus inquietudes espirituales, qué sé yo. Para mí esto solamente pasa por una razón: está urgentemente necesitada. Vamos, nunca ha tenido un novio. Quizás ya es hora. Pero no con Austin, creo que él también me está empezando a llamar un poco la atención...

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⏰ Última actualización: Jul 22, 2016 ⏰

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1993; Arte clásicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora