NARRADORA:
Ese día, un jueves, donde se encontraba el Conde en su despacho revisando unos documentos mientras su mayordomo le servía su té favorito, un Earl Grey, y para acompañar unos bizcochos como generalmente suele tomar todas las tardes, en media hora llegaría un conde acompañado por su mayordomo para irse a investigar un caso de un asesinato, se quedarían unos 3/4 meses para qué todo este resuelto per-fec-ta-men-te, y nada se les escape de las manos, todo estaba llendo bien, como dije, estaba, por qué sucedió algo qué no estaba en sus planes.
Estornudó Ciel.
-Ahh bocchan- soltó un suspiro agotado- Ya le dije varias veces que no me ignore cuando hablo, ahora se resfrío y en unos minutos llegara Clau-ch..... vendra el conde y su mayordomo para resolver ese caso y usted no podrá ir- Exclamó Sebástian con un tono agotado.
-Si, lo se, entonces irás tú en mí lugar o tal vez solo con Claude- Lo había dicho como si nada, pero sabía que estaba entre sus manos el punto débil de su mayordomo, y esta vez no eran los gatos. Ni más ni menos que Claude.
-Pero bocchan, tiene que ir usted, no me puede dejar solo con....... Claude emm, A-ademas tiene que asumir su responsabilidad-
-¿Pero qué es lo qué sucede? ¿Es acaso verdad lo qué mis oídos oyen? ¿qué tu no quieres ir acomp- Lo interrumpió el sonido de la puerta abrirse.
-Olé!- se oyó una voz alegre por toda la habitación.
-Oh oh, por favor qué no sea é- Sebástian no pudo terminar de suplicar ya qué Claude lo había tomado por sorpresa al susurrarle en el oído.
-Nos volvemos a encontrar, Sebástian- luego de eso suspiró en la nuca de este.
-¡Ciel!- Exclamó El Conde regalandole un suave y cálido abrazo a Ciel, ese abrazo demostraba todo lo que había extrañado a el Conde.
-Hola Trancy, llegaste antes de la hora qué fué acordada- frío, cómo solía hacer la mayoría de las veces, le reprochó.
-Ouch, ¿por qué siempre tan frío y cortante, Ciel?- Fingió qué fué doloroso su comentario-
-Responde mí pregunta.- pidió con un toque de enojo-
-simplemente por que quería verte, mi amor.- Dijo Alois con una sonrisa en el rostro, como siempre- Aaa, no es cierto, sólo qué... sólo qué si le pasaba algo al carruaje nos retrasaríamos; ya sabes lo que dicen: "mejor prevenir que curar."- Ciel gracias a qué estaba colorado por la fiebre su sonrojo se notó menos.
-No me gustaría molestarle, pero tendríamos que partir ya, el carruaje está listo-
-Si, yo opino lo mismo, pero en estos momentos el conde no se encuentra en condiciones, que digamos- todos posaron su mirar en Ciel.
-¡¿Ehh?! ¿Como es eso Ciel?- Preguntó Alois con un tono preocupado-
-Agh- se quejó Ciel- ¿acaso nunca te enfermaste, rubita?- preguntó
-Eso es por desobedecerme, ahora no estoy del todo seguro si en verdad tendría que ir a ese viaje, se podría quedar aquí, pero sólo no creo que aguante mucho...- apretandose el puente de la nariz, suspiró cansado.
-Jajajajaja- le contagiastes tu estupidez a tu amo y no sabe ni cocinar- Dijo Claude burlándose del otro mayordomo.
Eso no decías la última vez, idiota. Pensó Sebástian- Dos cosas para decir: uno, comida hay en la nevera. Dos: ¿Acaso el tuyo sabe? No.- Dijo Sebástian con un tono burlón, riendo de el otro mayordomo.
-Ganas esta, Michaelis. Pero en fin, ¿con quién se quedará?
-Podría quedarme yo con él, lo cuidaré muy bien- Dijo Alois con un poco de entusiasmo en sus palabras-
Los dos mayordomos estaban indecisos, a uno no le gustaba que su amo se quedé resfriado y además con un Alois... y otro no quería que su amo se quedé cuidando a un "bueno para nada" como Ciel pero.....
Entre la decisión de ellos dos había algo en común.....Los dos tenían varias cuentas pendientes.
-Esta bien, mientras no causen problemas- Dijieron los mayordomos al unísono-
-No hay problema, cuidaré muy bien de el.-
-Si no nos apresurmos el carruaje se irá sin nosotros, así que adiós, Bocchan- Dijo Sebástian, cargando como princesa a Claude, se retiró a la velocidad de la luz-
-¿Qué rayos acaba de pasar?- Preguntó Ciel con un tono un tanto confundido -
-En resumen, nos acaban de dejar solos en tu mansión.
-Ah, así que sin trabaj *estornudo*-
-Estas empeorando, vamos, te llevo a la cama.-
-Puedo ir sólo, teñida.-
-Ajam, lo qué digas; y yo soy natural.-
Una vez llegaron a la habitación de Ciel, este se sentó en el centro su cama, los nervios lo carcomían, apretaba su ropa mientras se pasaba el torso de la mano por la nariz.
Trancy se sentó a su lado y posó su mirada en él.-¿Qu-qué miras?- titubeó sonrojado, el simple contacto visual le hacía palpitar fuertemente el corazón.
-Te estoy apreciando- río suavemente sin más- como siempre te haces el frío, el cortante y mírate; estás temblando sólo por miradas. Me gustaría ver que haces si supieras lo he pienso- sonrió y acto seguido se mordió el labio inferior.
-¿Eh?- se quedó en shock por lo qué había dicho el rubio, por tal cosa, giró su cabeza tratando de no mirarlo.
-¿quieres saber? ¿qué tal sí te lo demuestro?-
Al decir eso Ciel se volteó bruscamente y los labios de el par se había rozado gracias a qué el rubio se acercó a él. Trancy posó sus manos delicadamente en la cintura y en la nuca de Ciel, tomando sus cabellos acabó con la distancia que los separaba con un suave beso. Ciel abrió los ojos de golpe, un inmenso sonrojo invadió sus mejillas, observó a el rubio qué parecía disfrutarlo; este movía sus labios sin respuesta, mordió suavemente el labio de Ciel y este empujó a Alois.
-eee, tengo mucho calor de repente... ¿Me, agh. ¿me puedes dar un baño?- pidió Ciel jadeando.
-Con que eso eh, suplícame- exigió con una sonrisa pícara y un tono seductor.
-¿A-alois?-
-¿Sí?-
-¿pu-puedes darme un baño, por favor?- preguntó avergonzado mirando a los ojos de el rubio.
-Así me gusta- se acercó a Ciel y tomó su mentón decidido a besarlo, cosa que no logró por interrupción de Ciel.
¿qué rayos me pasa? Pensó Ciel mirando al rubio que sonreía de lado. Reaccionó y se subió al regazo de Trancy.
-¿desde cuando eres tú el dominante de la relación?- susurró Ciel riendo suavemente en su oído.
El rubio se había quedado sin habla mirando a Ciel, petrificado.
-Así me gusta- Dijo, esta vez, Ciel para morder suavemente la oreja del rubio, bajando poco a poco dejando besos en el cuello del rubio, y tal vez uno que otros chupones.
-¿que tal sí comenzamos en el baño? Ups, digo: ¿que tal si comenzamos con lo del baño?- sonrió Ciel sentándose nuevamente en la cama dejando pararse a el rubio.
-No te preocupes Ciel, Yo me encargaré de eso.... Intentaré.
-¿te djieron que sonrojado te ves precioso?- preguntó.
-me lo dices seguido.- respondió el rubio, sonriendo mostrando sus dientes.
-idiota.-
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Bueno, quedó peor de lo que esperaba.
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Cielois♡
RandomUn día en la mansión de cierto conde se mostró el hecho de que, por simple desobediencia, el conde acabó resfriado y bien acompañado, ciertamente.