Con el tiempo encima

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5 de abril del 2022.

06:00 am.

Arón es un tipo alto (de un metro ochenta y cinco aproximadamente), de tez morena y de ojos y cabello obscuros. Está en casa con su esposa Samaria. Samaria es una mujer de treinta años con piel clara y cabello castaño. Su escasa estatura de un metro sesenta contrasta con la de su esposo, tiene unos hermosos ojos color miel que resaltan de su fina cara. A pesar de su baja estatura, tiene un hermoso cuerpo de medidas perfectas de noventa sesenta noventa.

Arón y Samaria no tienen hijos, consideraron adoptar, pero terminaron decidiendo que están mejor así. Arón está sentado a la mesa desayunando un vaso con jugo de naranja, una taza de café y un plato de fruta, Samaria está de pie en el centro de la cocina, vestida con una ajustada y provocativa blusa blanca con figuras en color negro resaltadas por brillos que se le pega al cuerpo a causa de pequeñas gotas de sudor que le escurren por el cuerpo, un diminuto short color negro con franjas color gris a los lados y tenis deportivos color negro con detalles en gris ; está esperando que Arón termine de desayunar. Arón se levanta, se pone su saco color negro que hace juego con su pantalón del mismo color, su camisa rosa y su corbata rosa con gris. Se despide de su esposa con un beso intenso caminando hacia la puerta, Samaria se queda de pie en la puerta, Arón sale de la casa y se despide por última vez de Samaria con una sonrisa que ella le devuelve, se sube a su carro convertible modelo 2021 y deja atrás a su esposa.

Va por la autopista que conecta la calle de su casa con la de la fábrica, está ajustando el destino de su GPS, el cual lleva integrado su auto; va por la carretera a 180 km/h, cuando la voz femenina le ordena: gire a la derecha. Da vuelta y continúa por un camino de tierra cuidando el parachoques de su Jaguar de 500,000 dólares. Se estaciona en un lugar del amplio estacionamiento con pocos autos en el, sube la capota de su auto con un comando de voz, se ajusta la corbata viendo su reflejo en el retrovisor y baja de su auto.

Su empleo consiste en supervisar las consolas de mando de una planta nuclear que sobresalta de entre el desértico paisaje con un color gris metálico, con edificios y chimeneas de entre sesenta y ochenta metros de alto.

Ya dentro de su estación de trabajo, toma asiento en su silla, enciende los tableros que tiene frente a él y los de sus compañeros en el resto de la planta con unos interruptores que tiene frente a él sobre el tablero de su estación.

Comienza a revisar que los niveles de presión en los motores estén bien y nivela la cantidad de aceite en las chimeneas mediante un teclado holográfico y una pantalla táctil que se encuentra en la pared derecha de su amplia y confortante estación de trabajo con medidas de cinco metros de ancho, ocho de largo y tres y medio de alto.

5 de abril del 2022.

02:09 pm.

Es la hora de la comida, Arón está en una silla frente a una mesa alargada junto a cinco de sus compañeros discutiendo sobre quien tiene el mejor auto. Después de una intensa discusión y habiendo terminado de comer se retiran a sus estaciones. Dentro de su estación nota que las luces de emergencia de todo el tablero están encendidas en un color rojo intenso.

Intenta restablecer el orden de la sala tecleando comandos de acceso en su computadora, pero es inútil, las consolas de toda la planta están bloqueadas.

5 de abril del 2022.

05:00 pm.

Ya pasaron dos horas y aún la planta está en estado de alerta máxima. Las puertas estás bloqueadas y toda la planta está ardiendo en tensión: todo está hecho un verdadero caos, los sistemas se estancaron y los comandos de ingreso que teclean los ingenieros de sistemas simplemente no responden. Ahora sí, es momento de esperar lo peor. Todos están resignados y comienzan a rezar e intentan comunicarse con sus familias; pero Arón no se rinde, comienza a teclear comandos en su computadora, pero éste sigue sin responder; después de varios intentos fallidos de controlar las cosas, se desactiva la energía de toda la planta y deja a todos hundidos en un silencio desesperante, sin nada que puedan hacer.

5 de abril del 2022.

10:10 pm.

Ya pasó poco más de una hora desde el horario de salida de Arón, y Samaria está en casa preocupada por su esposo, va de un lado a otro de la casa con una taza de té en las manos, tan nerviosa que las manos le tiemblan y derrama parte del té con cada paso. Escucha pasar una ambulancia por la calle y se le eriza la piel, pero la ambulancia va en sentido contrario a donde está la fábrica. Samaria enciende su pantalla en 3D con un comando de voz para distraerse, pero lo que ve, lejos de tranquilizarla le altera más los nervios. Está pasando el noticiero nocturno de la CNN, Samaria se sorprende al ver la planta nuclear en la que trabaja su esposo, queda aún más sorprendida al ver que la planta está inmersa en una obscuridad total, pero lo que escuchan sus oídos es el golpe que la noquea.

-"Estamos en la planta nuclear, no sabemos que ocurre exactamente pero al parecer la planta tuvo un fallo y los sistemas de seguridad se bloquearon, y todos están atrapados dentro; además el apagón está avanzando progresivamente por toda la ciudad, las autoridades piensan que..."

La luz de toda la casa, la colonia, se apaga. Samaria deja caer su taza de té y se desvanece sobre el sillón.

6 de abril del 2022.

12:15am.

Ya pasaron dos horas y la luz de la planta nuclear se enciende, pero toda con un tono rojo intenso parpadeante, enseguida una voz femenina computarizada comienza a escucharse por toda la planta, con el mensaje:

ESTADO CRÍTICO, PLANTA SATURADA. EXPLOSIÓN EN: 1 HORA.

6 de abril del 2022.

12:20 am.

55 minutos para la explosión.

Samaria despierta, está sentada en el sillón y la luz ya regresó. Trata de relajarse, se levanta del sillón y va a la cocina, se sirve una taza de café e intenta asimilar todo lo que le está pasando a su esposo. Se dirige a su habitación ya con media taza de café, cierra los ojos y se queda profundamente dormida sin saber que probablemente a su esposo le queda menos de una hora de vida.

6 de abril del 2022.

01:05 am.

10 minutos para la explosión.

Faltan diez minutos para la explosión y todos los empleados y directivos de la planta están reunidos en el comedor rezando por que su dios se apiade de su alma. Pero Arón está en su estación tratando de detener la cuenta regresiva. Después de muchos intentos fallidos, al faltar un minuto tan solo, Arón va a su ordenador tratando de hacer que responda. Faltan treinta segundos, las luces rojas y la voz femenina se vuelven cada vez más intensas. Arón accede por fin al ordenador, localiza la falla e intenta repararla; pero es inútil, el tiempo se acabó...

Una explosión con la fuerza de una bomba atómica arrasa con toda la planta y todo lo que hay a cien quilómetros a la redonda haciendo resplandecer el obscuro cielo nocturno con una luz tan intensa como la de mediodía.

6 de abril del 2022.

01:10 am.

Samaria está profundamente dormida y despierta de un salto después de escuchar la explosión de la planta. Se tranquiliza y se sienta en un costado de la cama, comienza a llorar segura de la tragedia, después de cinco minutos de llanto y de haber mojado su sensual escote, se deja caer de espaldas en la cama cierra los ojos con fuerza y se queda dormida, profundamente dormida con ganas de no despertar nunca más.

Con el tiempo encimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora