ANTES DE IRME.

Prólogo.

Si la vida fuera fácil.
¿Qué sería de ella?
¿Viviríamos en paz?
En ésta vida, nada está asegurado, ni las cosas y mucho menos las personas.
Acostumbrarte a alguien:
Grave error.
Las personas estamos hechas de tiempo y el tiempo se esfuma, desaparece y escasas veces se recuerda.
Dicen que el tiempo lo cura todo, las personas lo curan todo, no hay mejor forma de salir de una persona que a través de otra. La parte difícil comienza cuando lo intentas y te das cuenta de lo doloroso que puede resultar soltar.
Soltar implica olvidar, mientras que el olvido es dolor, ausencia y nostalgia.

Mi mamá siempre decía que cada persona es una lección, un atajo antes del final del camino largo llamado vida, y que tú decides que tanto tardas para retomar tu camino y encontrar atajos más entretenidos e interesantes, incluso cabe la posibilidad de hallar atajos desagradables, de aquellos en los que es difícil quedarse, y aún más difícil salir.
Me decía que lo mismo pasaba con las personas, que existían aquellas personas que son atajos, momentos, que se convierten en recuerdos una vez que se van, una vez que tú pasas de ellos.
Y esas personas de las cuales sabes que es mejor salir, pero no es tan fácil como decirlo; en realidad, los problemas siempre van a parecer menos difíciles en las lenguas de otras personas. Cuanta falta de empatía existe en éste mundo, alguien no entiende tu dolor hasta que le toque vivir lo mismo.

Como ella decía, que éramos nosotros los que pasamos por la vida de los demás, jamás me senté a pensar que podría ser al revés, que las personas sean las pasajeras, las que pasan por la vida de cada quién según su destino. Y si fuera así. ¿Quien sería mi destino?
Me hice esa pregunta durante meses, coleccioné momentos, hice nuevas amistades, aprendí diversas cosas nuevas, en busca de una sola respuesta, cuando mi respuesta estaba ahí, frente a mí, esperando ser encontrada.

¿Cuántas ironías tiene la vida, no?

Hay tantos enigmas por resolver, y un siglo es demasiado corto tiempo para una persona en busca de algo tan grande.

¿Pero si la vida solo se tratara de vivir y ya?

Sin cuestionarnos nuestra razón, dejando que todo fluya y que si existe algún ser superior (que sinceramente espero y creo que exista) acomode todo al son de como deben de ser las cosas.
Y si no, espero que haya algo después de todo, me encantaría volver a encontrarlo en algún lugar, ya sea volver a nacer, ser nuevas personas, y cruzarnos en un atajo, pero que ese atajo ésta vez, sea para siempre.
O quizá en otra vida, siendo conscientes de lo mucho que fuimos y que hay atajos, lugares y momentos que por más que lo intentes, son casi imposibles de olvidar.

Nuestro encuentro tardó, pero siempre estuvimos juntos.