1° de Diciembre, 2015.

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Me desperté como cada mañana escuchando las voces en mi cabeza. Sentía que cada vez se hacían más recurrentes, esta mañana estaban enojadas, me estaban atacando más de lo normal. Me paré de la cama, baje las escaleras y como siempre me dirigí a la cocina y como de costumbre mamá me estaba esperando con esos dulces rancios que tomaba desde los 8 años. Cada vez que los tomaba me sentía tranquilo y las voces en mi cabeza desaparecían. Lástima que ese efecto solo durara unas cuantas horas. Mamá me dijo que la fecha para ir al doctor nuevamente se aproximaba. Para la noche, las voces seguían enojadas, trate de ignorarlas y me fui a dormir.

Diario EsquizofrénicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora