Capitulo nueve.

1.3K 88 18
                                    

Todavía recuerdo cuando mi madre me decía que tenía que tener cuidado.

Yo era solo un chico de 14 años cuando conocí a Carl. El vio una de mis participaciones en uno de los concursos que se hacían en Mullingar, pero luego de aquello sabía que algo raro vendría.  Seguidamente de que me escuchara cantar, siempre aquel hombre se encontraba entre el público de todos los concursos a los que participaba. Y sabía que me estaba buscando a mí, porque su mirada me lo decía, me lo transmitía.

Una noche, luego de que volviera a ganar, algo raro sucedió cuando llegue a mi pequeño camerino. Aquel hombre que siempre me estaba espiando se encontraba allí, esperándome. Dijo que su nombre era Carl, y seguidamente me entrego una tarjeta en donde se informaba de que trabajaba. En letras doradas se encontraba la palabra “mannager”, y mis ojos se ampliaron al entender porque aquel hombre se encontraba allí.

-Niall, te he visto en varias presentaciones, y tienes el potencial para ser el próximo furor adolescente.

-¿Estás seguro de lo que dices?- Pregunte sin poder creerlo.

-¡Por supuesto! Aunque hay varias cosas que hacer para este nuevo proyecto que comenzara dentro de 2 años- Respondió mientras sacaba varias hojas de su maletín.

-¿Dos años?- Pregunte atraído por su oferta.

-Son dos años para que puedas disfrutar de lo que queda de tu adolescencia- Respondió a mi pregunta- Solo debes firmar algunos papeles, nada en especial. Y luego harás tu sueño realidad, tu pequeño sueño que florecerá y te convertirá en  el mejor artista del mundo entero.

En aquel momento no podía ver mis ojos, pero juraría que tenía un brillo especial, uno de esperanza. Necesitaba que aquellas palabras que salían de la boca de aquel hombre sean ciertas, que no esté jugando conmigo.

-¿Cuándo hay que firmar los papeles?- Pregunte decidido y Carl sonrió.

Rápidamente abrió su portafolio y saco de allí un block de hojas. Me lo entrego con una lapicera y luego se sentó en el pequeño sillón que se encontraba ahí.

-Son muchas hojas- Musite mirando atónico la cantidad de papeles que se encontraban sobre mis pequeñas manos.

-Son solo algunas palabras que las empresas me obligan a colocar, nada especial. Tú solo firma y dentro de algunos años me agradecerás.

Pero no Carl, estabas muy equivocado. La fama y la fortuna eran peligros que uno debía esquivar, no dejar que te seduzcan con sus promesas e intentarse alejar lo más posible de ellas. Porque cuando existe la fama y la fortuna todo se comenzaba a sentar en ti. Las cámaras, los flashes, los estúpidos rumores, las criticas; todo aquello podía provocar que uno pierda la cabeza, que intente encajar en un mundo que no era suyo. Drogas, tabaco y alcohol eran las adicciones que la mayoría de los famosos tenían, pero yo poseía otra y era la adicción a la perfección.

Cuando eres pequeño nunca estas pendiente de cómo te ve la gente, de si tu pelo está perfectamente peinado o de si tus zapatos están lustrados. Uno no se fija en aquello, solo quiere jugar y pasarla bien.  Pero al crecer, uno se olvida de todo eso y parece que las voces que siempre estuvieron se escuchan más altas y te encierran en una esquina, gritándote los que para ellos son tus defectos. Olvidando que tú también eres un ser humano y sientes como ellos.

Pero yo soy solo una víctima más de la sociedad y sus críticas. Mi pelo no era perfecto, pero ahora si lo es. Mis dientes estaban chuecos, ahora se ven completamente derechos y mucho más blancos de lo que eran antes. Mi voz se ha mejorado gracias a los estrictos tratamientos que he estado tomando. Y mi cuerpo… bueno, eso era algo que estaba intentando cambiar. Lo comencé de una manera sana, pero aquellas voces se volvieron a meter en mi cabeza, y siento que aquella es la única salida para que aquellas voces se vallan rápido, lo más rápido posible.

These are them. [One Direction]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora