"Bip, bip" suena la señal que me indica que en menos de tres horas estaré en el aeropuerto rumbo a Mónaco. Por fin tendré tiempo de pensar en mi misma y desconectar de los problemas "Martina esto", "Martina lo otro" blablabla problemas, problemas y más problemas.
Mientras voy de camino a la terminal me paro a comprar un par de revistas y un libro para entretenerme en el vuelo, y una vez en el avión empiezo a leer "Blue Lights, el hotel de más prestigio de Mónaco abrirá sus puertas el 21 de Mayo" ¡De solo pensar que yo trabajaré allí me emociono!
La razón por la que voy a Mónaco es por una oferta de trabajo en una gran compañía hotelera para trabajar como relaciones públicas, a decir verdad nunca he trabajado y me extraña que con 20 años me escojan para hacer un trabajo que requiere un nivel de experiencia alto.
¡Por fin! ¡Mónaco! Nunca me había dado cuenta de lo atractiva que era esta ciudad, a demás de glamurosa, es una ciudad que combina un ambiente antiguo y a la vez moderno que atrae al turista a hacer las típicas fotos que suelen hacerse, es una ciudad con encanto y acogedora.
Nada más llegar lo primero que hago es ir al hotel y presentar toda la documentación que era necesaria, me reciben gustosamente y me indican la habitación donde me alojaré todo el año, a demás de darme un uniforme. Una vez colocado todo mi equipaje y después de ponerme el uniforme, bajo a la recepción donde me esperan para enseñarme las instalaciones del hotel y presentarme a mis futuros compañeros de trabajo.
