#Prologo:

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Hace muchos años se creó un mundo lleno de magia y criaturas de cuentos, ese mundo era gobernado por Magnus, rey y creador de ese mundo y padre de dos pequeños, Aaron y Ágata, los dos hermanos eran muy unidos, Aaron siempre llevaba a Ágata al bosque y le mostraba todas las criaturas que vivían en él.

-Mira Ágata, ¿lo ves?- dice el niño de cabellos negros y ojos verdes.

-Sí Aarón, lo veo, es hermoso- dice la pequeña Ágata apoyando sus rodillas y manos en el suelo asomándose al estanque.

El pequeño pez de colores nadaba feliz dando vueltas y vueltas, mientras los dos niños lo observan con una sonrisa en el rostro.

Los pequeños fueron creciendo y a cada uno se les enseño lo que debían saber de la magia, Ágata siempre mostro más interés en la magia de la naturaleza, cambiar el clima, controlar las plantas y cosas así, mientras a Aaron se le facilitaban las cosas relacionadas con escudos de poder y ataques, al cumplir Aaron 27 y Ágata 26 el rey Magnus enferma y cae en cama.

-Padre te pondrás bien- dice Ágata sentada en el suelo al pie de la cama tomando delicadamente la mano de su padre.

-Ágata, esto tiene que pasar- dice Magnus con voz cansada -Y no hay nada que hacer al respecto-

-porque no dejas descansar a tu padre- dice Leopoldo, amigo y mago experto en la medicina que ha estado tratando a su padre desde que callo en cama.

-claro- dice Ágata poniéndose de pie y depositando un beso en la frente de su amado padre antes de salir de la habitación.

-Mi hora a llegado Leopoldo, pero antes- el rey da una pausa y respira pesadamente -Quiero dejar a uno de mis hijos en mi lugar-

-Claro Magnus, sé que Ágata ara un buen trabajo cuidando al reino- dice Leopoldo feliz pero al mismo tiempo triste al ver a su amigo en tal situación.

-No leo, no es a Ágata a la que pondré a cargo- el ceño de Leopoldo se frunce y mira a su amigo extrañado -sé que ella es una chica muy linda y buena, pero... ella aún no ha aprendido lo que se necesita para gobernar un reino tan grande como lo es Kalimdor-

-Yo no soy quien para criticar tu elección mi amigo Magnus- dice Leopoldo con un pequeño asentimiento de cabeza.

-Bien, entonces quiero que preparen todo para la coronación-

Leo se despidió de su amigo con una pequeña reverencia y se encamino a hablar con los encargados y trabajadores del castillo para que prepararan todo para mañana.

(...)

El gran día ha Llegado, el castillo nunca se había visto tan brillante y adornado, todas las criaturas del bosque y las personas que viven en ese mundo han asistido a la coronación, Aarón y Ágata cada uno con sus mejores vestiduras se paran delante del trono en dónde está sentado su padre.

-Hijos míos- dice Magnus haciendo callar a todos en el enorme salón -Mis fuerzas ya no son las de antes, por eso he tomado la decisión de otorgarle a uno mi lugar- todos esperan ansiosos mientras el rey con las pocas fuerzas que le quedan, habla -Ese eres tu Aaron, sé que gobernaras este reino tal y como yo lo he hecho hasta hoy, con sabiduría y buen trato a mi gente-

En el rostro de Aaron aparece una enorme sonrisa, para él es un honor que su padre lo haya elegido, pero en el rostro de Ágata es todo lo contrario, ella esperaba ser la elegida, después de todo ella fue la que ayudo a su padre y estuvo con el todo el tiempo mientras su hermano solo paseaba por ahí, al poner Leopoldo la corona en la cabeza de su hermano Ágata se llena de furia y destruyendo toda gota de bondad dentro de ella, sale de aquel salón.

Alejada y cada vez más infeliz Ágata se encierra en una de las torres del castillo, algo dentro de ella se rompe y endurece cada vez más, el enojo al no ser elegida vuelve su magia oscura hasta llenarla por completo.

Aaron, mientras gobierna el reino con la sabiduría y el amor que su padre le enseño tratando de ser justo, todo marchaba bien hasta que ese día llego, Ágata reúne a todas aquellas criaturas inconformes con su vida y llenas de maldad al igual que ella, creando así un ejército y atacando el castillo.

El cielo se llena de nubes negras y de ellas salen truenos, todas echas por Ágata, criaturas pelean contra otras criaturas.

Aaron reúne todas sus fuerzas y toma a Ágata encerrándola en una torre alejada del castillo, también crea una barrera a la mitad del bosque separando a las criaturas oscuras y a las buenas, solo así tendrá paz su mundo.

La barrera sigue existiendo y Ágata sigue en la torre igual de fría y oscura como el primer día que su hermano la encerró ahí, pero cuando Aaron desaparece, en Kalimdor la oscuridad se hace más fuerte. Solo hay una persona capaz de proteger su mundo y hacer que vuelva la paz en el, antes de que sea demasiado tarde. El problema es que tienen que encontrarlo...

Kalimdor Un Mundo OcultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora