Café.

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Y te quiero comparar con el café,

con esa creación inigualable de dioses,
como también lo eres tú.

A la vista de cualquiera,

resultas tentador,

pero a la vista de un poeta,

resultas ensombrecedor
adictivo y necesario.

Y resultas la solución,

 para un día de estrés

pero para un alma derrotada,

eres necesario cada mañana.

Frío o en agua hirviente,
se suele servir,

y es así tu personalidad de repente.

Y hace mis noches eternas,
por la cafeína,
[tú por la dopamina] 

Tu eres mi café,

aquel que cada mañana

adormece a esta alma cansada. 


POESÍA ROTA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora