Siempre juntos

896 62 26
                                    

Todos los días eran iguales: me despertaba, me medicaban con unas pastillas de un gusto asqueroso y volvía a dormirme, y en alguna ocasión, almorzaba algo ligero. Mi vida era idéntica a la de un animal, solo que tenia la desgracia de poseer un cerebro con mas capacidad intelectual y razonamiento. 

Jamás me di el lujo de recorrer el hospital, ¿para que?, si solo me queda un año de vida. Y aunque lo recorriera, solo encontraría más paredes grises y enfermeras imbéciles que te tratan como si fueras un niño. Y ni hablar de los doctores... 

Mi nombre es Kazuto Kirigaya, tengo 14 años, y he perdido la voluntad de vivir hace ya bastante tiempo. Estoy esperando que la muerte me encuentre, por que no merezco seguir viviendo de este modo tan desesperante, contando los minutos, horas y días para dormirme y nunca jamás despertar. 

-Oh vamos Kazuto, ¡no puedes quedarte ahí acostado todo el tiempo!- me reprochaba Liz, la única enfermera "decente" en todo este hospital. 

-Obsérvame- digo provocante, mientras coloco mis auriculares en mis oídos y finjo escuchar música. 

-¡Este idiota me va a sacar de mis casillas!, uno intenta ayudarlo, ¡ y el se comporta como un niño de 5 años!- dice Liz furiosa, dejando la habitación

Sinceramente, me encantaba enfurecerla, ya que era una forma de diversión. Liz era una de las pocas personas con las que tengo una buena relación en este hospital, y agradezco que sea ella mi enfermera.

Fue precisamente ese día de verano, donde el calor sofocante provocaba desmayos y problemas en el hospital, y uno escuchaba los pasos de las enfermeras que corrían de un lado para el otro con agua y otros refrigerios. Me encontraba jugando videojugos en mi habitación, como usualmente lo hacia, cuando Liz ingreso a medicarme nuevamente, luego de nuestra pequeña "discusión". No tenía una cara feliz como siempre, sino una de preocupación. 

-¿Que te ocurre?, ¿te has peleado con tu novio?- digo un tanto intranquilo.

-Ja, ¡eso quisieras!, pero no, es otra cosa mas preocupante- dice ella, colocando el suero en mi piel. 

-¿Hay algo en lo que pueda ayudar?- digo realmente intrigado. 

-De hecho si, pero requiere que abandones tu cueva, lo cual creo que no te agradara en lo mas mínimo- responde Liz con una sonrisa burlona.

-Dime de una vez, me estoy hartando- digo molesto y de mal humor. 

-Y ahí esta el ogro de vuelta, ¿ alguna vez podre ver una sonrisa en tu cara ?, te saldrán arrugas de tanto enojarte

-Ya dime Liz- digo de la misma forma. 

-Esta bien, ¿ conoces a Shouzou Yuuki?, su hija esta en este hospital desde hace unos meses , sin embargo ella nunca ha tenido nadie con quien hablar, y me preocupa que se entristezca por ello

-Comprendo, entonces quieres que hable con ella, la hija del mas grande productor de videojuegos de todo japón 

-¡Exactamente!- dice ella alegre nuevamente- ¡hasta incluso puedes sobornarla para que su padre te entregue juegos nuevos!, ¿me harías este favor?

-No, ya déjame tranquilo -respondo, aunque debo admitir que la oferta era tentadora.

-¡Ya ves!, uno quiere hacerte feliz,¡ y tu lo rechazas! 

-Ya vete Liz 

-Algún día comprenderás que la vida no se puede transitar solo, incluso cuando estés cerca de la muerte - dice Liz abandonando la habitación. 

···········

Al caer la tarde, decidí salir a el baño. El sol iluminaba las ventanas, creando un paisaje muy bello. No pude evitar recordar aquellos atardeceres que disfrutaba con mi familia, lejos de aqui, almorzando comida chatarra, entre risas y discusiones absurdas. Lagrimas cayeron por mi cara al saber que nunca más los volvería a ver y divertirme junto a ellos. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 30, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Siempre Juntos (one shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora