Epílogo

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Tiempo después de ese viaje a la playa, donde nos dimos todo el amor que nos teníamos reservado, nos encontramos en la terraza de la casa que compartimos... su mirada se encuentra al horizonte fijamente al hermoso atardecer, sus ojos iluminados por el resplandeciente sol de verano, su cabello más brillante, su piel más tersa y nívea, su perfecta figura con la curva característica del ser que lleva en su vientre, mi hijo, nuestro hijo, ella acaricia su abultado vientre con una enorme sonrisa mientras se mece en su silla tarareando una dulce canción, yo sentado en un sofá frente a ella con un libro en la mano como si fuese a leerlo, ¿qué espectáculo más hermoso que el de la mujer que amas encarnando el amor que se tienen? ni tan solo el hermoso sol de verano hace justicia a semejante belleza.

Cuánto me gustaría hijo mío que esa sonrisa estuviese siempre en el rostro de tu madre, supongo que al estar en nuestros brazos por fin sabremos que significa tener un poco del amor que sentimos en alguien.

El sol por fin se está ocultando, me levanto de mi lugar me acerco a ella, me coloco en cuclillas de frente para colocar suavemente mi rostro sobre su vientre, lo acaricio con mi otra mano y cierro mis ojos al sentir los latidos de mi pequeño bebé.

Naruto - Gracias, Hina - le digo mirando hacia arriba - gracias por darme este hermoso regalo - cada palabra que sale de mi boca hace que la garganta se me cierre y se me cristalicen los ojos, ella me mira con ternura y me acaricia la cara con amor

Hinata - Gracias a ti, cariño, a ti por todo tu amor, por ir a por mi cuando te necesitaba, de verdad que no hay día en que no agradezca que estés en mi vida - dice mientras me acaricia el cabello

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¿Puedes ver sus hermosos ojitos? es idéntico a ti, aún recuerdo la primera vez que los vi, ese día en el hospital en el que estabas realmente asustado por que no te dejaron estar conmigo como lo prometiste, lo entiendo cariño, pero sé que aún cuando no pudiste sostener mi mano, tu corazón estaba conmigo. Lo amé y lo he amado desde el momento que supe que existía, que lo sentí vivo dentro de mi, lo amo, por que es el hermoso regalo que tu me has dado...

Hoy mi niño, nuestro hijo, es la alegría de mi vida, corre y juega felizmente, cuando sonríe, parece como si tu bella sonrisa se asomara en él, veo la forma en que sus lindos ojos azules me miran y es como si tú, mi amor, hubieses reencarnado en él, el amor rebozante nace de mi corazón para verlo existente en su vida.

Los amaré y cuidaré a los dos por que son mi mayor tesoro y mi única razón de existir.

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Cuando terminé de escribir esta historia escribí este epílogo... era corto y no me animé a publicarlo, sin embargo, creo que es muy lindo.... espero les guste... gracias por leerme...

CatUzumaki

Matrimonio por convenienciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora