Al otro día la niña despertó feliz se levantó de su camita se bañó y vistió Colocándose una polera verde claro, un chaleco manga corta blanco de botones y capucha una falda azul larga y zapatillas moradas todo eso y sus tradicionales gafas.
Ya vestida tomó sus nuevos lápices y un cuaderno y se puso a dibujar.
- vaya, mi niña despertó temprano hoy-
-hola mami- Saludó alegre
-¿funcionan tus lápices?-
-eso veré ahora-
-bien, por mientras haré el desayuno-
-okay-.
La chica comenzó a dibujar una manzana roja y abajo del dibujo, con letra grande y lo más legible su nombre. Cuando iba en la "e" de monserrat (que ese era su nombre) el dibujo comenzó a brillar ella instintivamente se llevó el brazo a los ojos pues el brillo era muy fuerte, la madre entró al sentir un inusual brillo, mientras que la hija bajaba el brazo de sus castaños ojos, pues el brillo estaba mermando, cuando este desapareció por completo ambas quedaron anonadadas, frente a ellas se hallaba una manzana roja bastante bonita además de que el cuaderno tenía una hoja menos.
- ¿ que fue eso?-
-no tengo idea-
ESTÁS LEYENDO
¡Los Colores Salvan El Día!
Short StoryLas aventuras de una niña y unos lápices muy especiales